G Data advierte de que el tráfico de drogas cambiará la calle por Internet

El fabricante alemán de antivirus dice que las barreras entre el crimen físico y el digital se difuminarán y que en las tiendas online podrán encontrarse estupefacientes, armas o cualquier tipo de documentación personal falsa

Publicado el 14 Dic 2015

Eddy Willems, G Data

Las últimas semanas del año lo aprovechan los proveedores de soluciones de seguridad para adelantar cómo será el próximo ejercicio en ámbito de los ciberataques. G Data también ha hecho su previsión. El reto que plantea la popularización del Internet de las cosas o las cada vez más desdibujadas fronteras entre el crimen y el cibercrimen serán asuntos a los que la comunidad tecnológica deberá prestar atención. Asimismo, las redes Wi-Fi seguirán siendo un botín apetecible para los malhechores.

“No solo las empresas y los estados digitalizan y se aprovechan de Internet para agilizar y mejorar cada vez más cualquiera de sus procesos. Los criminales también”, asegura Eddy Willems, experto en ciber seguridad de G Data. “Nos adentramos en una época donde crimen y cibercrimen estarán cada vez más conectados y donde sus fronteras irán poco a poco desvaneciéndose. Esto significa, por ejemplo, que la compra venta de drogas y sustancias prohibidas irá dejando las calles para resguardarse en el anonimato de la Red. O que conseguir un arma pueda ser también cuestión de unos pocos clics. Al final, Internet puede convertirse en un perfecto caparazón para casi cualquier actividad delictiva“, concluye Willems.

Predicciones para 2016

-Crimen y cibercrimen, cada vez más conectados. Las fronteras entre crimen físico y digital se difuminan. Drogas, armas, pasaportes y cualquier tipo de documentación personal… todo puede ser conseguido a través de las tiendas online que alimentan la cada vez más floreciente economía sumergida de Internet.

-El Internet de las Cosas, en la diana del cibercrimen. Los pronósticos acerca de la ubicuidad del Internet de las Cosas son asombrosos. Cada día hay más y más dispositivos que se conectan a Internet. Todo es conectable: coches, neveras, cafeteras, televisores, controladores de domótica… Y en su diseño no se tuvo en cuenta ningún elemento relacionado con la seguridad informática, la protección de los datos almacenados o sus posibilidades de comunicación con ordenadores personales o redes informáticas complejas. Los cibercriminales intensificarán sus esfuerzos en explotar las brechas de seguridad asociadas al Internet de las Cosas. En ocasiones, el objetivo no será siempre el objetivo atacado y este será el vehículo para llegar a un ordenador personal o una red corporativa.

-Cibercrimen as a service. El cibercrimen no deja de afinar su maquinaria y el concepto “cibercrimen como servicio” se consolida día a día para ofrecer un catálogo cada vez más completo que incluye ataques a empresas, organismos públicos o usuarios particulares en función de los deseos del cliente.

-Redes Wi-Fi públicas. Son un botín al que es difícil renunciar. Cada vez son más los espacios públicos –aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses, centros comerciales- que ofrecen el servicio de Internet gratis mediante conexiones inalámbricas. Para los cibercriminales, estas redes Wi-Fi, normalmente no protegidas, constituyen un reclamo muy difícil de ignorar y una forma fácil y rápida de conseguir un generoso botín de datos personales.

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