Microsoft eligió el Instituto Europeo de Diseño de Madrid, una escuela privada y de élite que forma a futuros modistos y creativos de publicidad, para presentar la versión profesional de su tableta Surface. La elección del sitio no es baladí. Microsoft pone al iPad de Apple en el punto de mira y llega ahora con una propuesta en principio mucho más funcional, pero también provista de las líneas estilizadas de su competidora, lo que hará las delicias de los creativos que la incorporen a su vida diaria. Microsoft quiere competir por funcionalidades, pero también por diseño con el gigante de la manzana.
Efectivamente, la Surface Pro, que aterriza en España muchos meses después de que llegara a mercados como el estadounidense, se presenta (como lo hizo en febrero la versión de consumo, la RT) en una carcasa con aleación de magnesio (un material más ligero incluso que el aluminio) y diseñada con líneas muy suaves. Además, viene con el apoyo integrado y el usuario puede añadirle (eso sí, pagando un extra de más de 100 euros) una funda-teclado que, según Fernando Calvo, director de la división de Windows y Surface en España, es una “obra de ingeniería”.
Pero Microsoft no quiere que la Surface Pro se quede únicamente como una tableta bonita y ergonómica. La compañía sabe que la propuesta diferencial más interesante frente al iPad, que sigue siendo de lejos el modelo más codiciado por los usuarios, está ahora mismo en el potente hardware que incorpora su ingenio. La versión RT, la dirigida al mercado de consumo, estaba gobernada por un procesador de Tegra3 de Nvidia porque solo tenía que lidiar con un sistema capado como Windows RT, pero ahora las cosas son diferentes. Microsoft, como dicen sus responsables, ha concebido a Surface Pro como una tableta, “pero con todas las funcionalidades de un PC”.
Por eso, y porque el sistema operativo es el Windows 8 Pro, el sistema va provisto de un procesador Core i5 de tercera generación de 4 GB de RAM, una pantalla panorámica 16:9, puertos USB, un lápiz digital desarrollado por Wacom y dos cámaras (una en el frontal y otra en el reverso). Todo ello hace que el Surface Pro ronde el kilogramo de peso, muy por encima de las tabletas de 10 pulgadas de Samsung y Apple, que están en torno a los 700 gramos.
También el precio delata a Surface Pro como un producto pensado para sustituir al PC en muchos puestos de trabajo. Y es que la versión más asequible (la de 64 GB) está a la venta a 879 euros (por los 479 euros de precio de partida de la versión RT). Además, el usuario tendrá que gastarse otros 120 o 130 euros en el teclado, con lo que estamos hablando de 1.000 euros en total. Si lo que queremos es la versión de 128 GB, hay que añadir otros 100 euros a esa factura. Microsoft asegura que Surface Pro es compatible con todas las aplicaciones desarrolladas para Windows 8.
En el Instituto Europeo de Diseño se pudieron ver a varias alumnas sacando partido al dispositivo. Sin embargo, se echo de menos la presencia de ISV y clientes finales trabajando desde la tableta con CRM Online o alguna de las aplicaciones de Office 365. Y es que ahí, en el mundo de las más sobrias y prosaicas aplicaciones de gestión empresarial está la oportunidad, a juicio de muchos distribuidores, para Surface, toda vez que Apple, que lleva años seduciendo por diseño y aplicaciones curiosas a los clientes, no se integra fácilmente y con garantías en la informática de las compañías.
A la pregunta sobre las ventas desde febrero de la Surface RT, Javier Calvo no acertó a dar cifras concretas, aunque sí señaló que están satisfechos con la marcha la tableta, que al igual que la versión Pro se comercializa desde la página web de Microsoft y desde grandes retailers como El Corte Inglés o la Fnac. Como pasara en febrero con el lanzamiento de RT, los mayoristas de Microsoft y el canal que les compra quedan otra vez excluidos de la comercialización de la nueva tableta.
