El Gobierno aprobó el pasado viernes 13 de julio la liberalización de los horarios comerciales. Ahora, las tiendas de menos de 300 metros cuadrados, propiedad de un pequeño comerciante, tendrán libertad total de apertura en toda España, incluso si son franquicias de una cadena (aunque tal iniciativa ya estaba recogida en la Ley de Horarios Comerciales actual, las comunidades autónomas podían limitar la libertad a los negocios de menos de 150 metros).
Para el resto de establecimientos, a partir del 1 de enero de 2013 se amplía el número mínimo de festivos al año con posibilidad de abrir pasando de 8 a 10. Asimismo, podrán despachar 90 horas a la semana en días laborables, frente a las 72 actuales. Pero no acaba ahí la cosa, otra de las iniciativas contempladas en este paquete es que Ejecutivo obligará a las ciudades con mayor afluencia turística (con más de 200. 000 habitantes que registren más de un millón de pernoctaciones al año) a tener zonas en la que el comercio pueda abrir siempre.
De otro lado, al comerciante se le permite hacer rebajas cuando quiera y sin controles. De hecho, cuando acabe el verano ya no habrá periodos restringidos para hacer rebajas regulados por las autonomías, como venía ocurriendo hasta la fecha (dos campañas anuales de un máximo de dos meses de duración). Tampoco se regulará una franja mínima de descuentos ni habrá restricciones sobre el tipo de objetos que pueden estar sujetos a promoción. Es decir, será el propio minorista el que determine los días de ventas de saldos y el porcentaje de reducción de precio de los mismos en función de su estrategia comercial. Se incorpora, también, la posibilidad de adquirir productos con el fin exclusivo de destinarlo a la realización de una venta en promoción.
Según Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, con esta regulación se busca favorecer la apertura de nuevos establecimientos, dinamizar las ventas y crear empleo en un sector que acumula una caída del 22% en los últimos cuatro años.
