Sabías que hubo un tiempo en que programar era una profesión de mujeres?

Publicado el 13 Sep 2019

Una mujer trabaja con un mainframe de IBM.

En el día mundial del programador, algunos medios destacan una información que sorprenderá a muchos. Y es que en los albores de la informática y prácticamente hasta mediados de los años 80, la mitad de los programadores eran mujeres. Es una situación que contrasta con la actual, en que las aulas de informática de las universidades y de la FP son mayoritariamente masculinas, así como las oficinas de las consultoras y firmas de desarrollo de programas.

En origen, las mujeres entraron en tromba en las salas de programación porque los hombres estaban más interesados en lo que hace 60 años era importante, el hardware. Vender hierro era más atractivo y sobre todo estaba mejor remunerado. Lo recuerda Clive Thompson en el libro ‘Programadores’, que por ahora sólo está en inglés. Además, los testimonios de las mujeres pioneras en el mundo tecnológico, las que trabajaban en enormes ordenadores que ocupaban habitaciones enteras, señalan que programar les venía al pelo porque era una actividad en la que había que poner mucha atención y cuidado. Era “como preparar una cena”, aseguraba en un artículo de prensa Grace Hopper, que ayudó a crear el primer ordenador programable, el Eniac.

Con el paso de los años todo cambio. El hardware dejó de ser el centro de la industria y dejó de tener interés para los hombres, que se volcaron en el software en busca de mejores salarios y puestos directivos. Además, los ordenadores personales se introdujeron en los hogares de Estados Unidos como regalo al niño, y no a la niña. Y, por último, la imagen del friki asocial o hermético con el que se asoció el mundo de la tecnología tampoco ha ayudado en las últimas décadas a las mujeres a reengancharse a la profesión de programador.

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