Fundamentalmente son tres los factores que inciden en el rendimiento de una aplicación en lo que se refiere al acceso a disco:
• Throughput: Se refiere al ancho de banda disponible para la transferencia de los datos. Es un factor dependiente de la arquitectura y la tecnología subyacente. Define el nivel de absorción de los flujos de datos que se generan.
• IOPs: Número de operaciones de lectura y escritura por segundo
• Latencia:Tiempo transcurrido entre la demanda de un paquete de datos y su recepción. Dependiendo de dónde se ubiquen los extremos de interés para la medida, impactarán en este tiempo más o menos elementos. (ms)
Cuando consideramos una plataforma de cloud públicaen la que los recursos de almacenamiento son compartidos por múltiples clientescon proyectos y necesidades diversas y deseamos garantizar el funcionamiento de nuestra aplicación, debemos preguntarnos por el tratamiento que de estos tres factores hace nuestro proveedor. En tal caso, es importante tanto conocer el diseño y la implementación de la solución como que exista transparencia respecto a estos parámetros de calidad de servicio.
Si lo que deseamos es implementar nuestra propia solución de Cloud privado, debemos conocer las limitaciones de tecnologías para elegir la más conveniente.
Respecto de la latencia, los elementos que ayuden a dinamizar las peticiones más comunes (por ejemplo mediante mecanismos de caché) ayudan a optimizar el servicio. En este sentido, no todos los fabricantes de almacenamiento proveen equipos con las mismas prestaciones. Elegir bien, significa en este caso preguntar también sobre este tipo de mecanismos al proveedor.
Si consideramos únicamente el coste y el número de operaciones de lectura/escritura que deben asumir el servicio, las pautas podrían ser: para servicios de back up, archivo de datos o almacenamiento con un número reducido de lecturas/escrituras a disco,pero con requisitos de capacidad elevados se recomiendan discos SATA.En estos casos si se desea mejorar el rendimiento a costa del precio, por ejemplo en los casos en los que el volumen de datos no es muy elevado, SAS puede ser una elección atractiva. Para aplicaciones más activas, tales como tablas de contenidos, bases de datos o ficheros de repositorios compartidos SASes lamejor alternativa hoy en día. Por último para uso de datos calientes, aplicaciones de e-commerce o logstransaccionales que requieran muchas IOPs se recomienda utilizar SSD. Todo ello condicionado a los costes que podemos soportar y que especialmente sobre SSD son más elevados.
Por otra parte, puede ser interesante considerar la frecuencia de uso de la información en la estrategia de gestión del storage. Así pueden hacerse residir los datos de uso frecuente sobre tecnologías rápidas (SSD o SAS) migrándolos hacia SATA a medida que decrece su uso.
Así mismo, para afrontar un proyecto de necesidades desconocidas o ambiguas, el modelo de Cloud nos permite construir entornos de simulación de bajo coste y mitigar así el riesgo de una mala decisión inicial. La construcción final de la plataforma se realizará una vez verificado que la infraestructura que soporta el servicio, y la tecnología de disco elegida es la adecuada en dicho entorno de pruebas.
Es importante destacar aquí también el papel del proveedor, que será quien al final nos podrá dar información real de latencia e IOPs sobre la que se opera nuestro servicio, y quien a través de las políticas adecuadas de gestión de capacidad y del servicio, nos las podrán garantizar o no con independencia del nivel de compartición de recursos.
Contratando cloud en modo IaaS el proveedor de servicios abstrae al cliente de la problemática y de la evolución tecnológica, aunque sigue siendo necesaria una adecuada implementación tecnológica y la aplicación de políticas de gestión de capacidad que garanticen los niveles de servicio a lo largo del tiempo.
Por último el los discos duros ‘tradicionales’ son una tecnología muy madura, pero todavía con un largo recorrido por delante, y representan una commodity a precios bajos. La tecnología SSD está suficientemente madura para usos profesionales, aporta grandes ventajas competitivas, especialmente en rendimiento y eficiencia.Su precio es notablemente más alto, pero es una tecnología en proceso de desarrollo, por lo que sus costes pueden ir disminuyendo al tiempo que aumentan sus prestaciones y fiabilidad.


