La situación del libro electrónico en España es paradójica. Mientras la venta de e-readers se ha disparado durante el último año, las editoriales, temerosas de los efectos que los libros digitales puedan tener en su negocio, siguenresistiéndose a hacer su gran conversión digital.
Este año se multiplicará por cuatro o cinco el número de e-readers vendidos con respecto a 2010. Con cada vez más dispositivos en la sociedad pero con apenas contenido legal en castellano, los usuarios españoles recurren a libros digitales ilegales. Como resultado, la piratería sigue creciendo y afectando cada vez más al negocio de los libreros. Las cifras globales del sector en España comienzan a preocupar seriamente a los ejecutivos sin que hasta ahora hayan acertado respecto al camino a seguir.
La legislación actual tampoco ayuda. Experiencias innovadoras basadas en venta por publicidad o sistemas tipo freemium-premium que triunfan en otros países se quedarán en nada en España mientras no se den cambios legislativos que permitan modificar el estatus de protección que tiene el precio del libro o la forma en que se ejerce la propiedad intelectual sobre el mismo.
En este contexto, llega Amazon convirtiéndose en la gran noticia del otoño. Y sin embargo, lo que oímos siguen siendo novedades que nos afectan bastante poco: la apertura en España es solo para libros físicos y los anuncios de nuevos e-readers y tablets se centran solo en el mercado americano. No obstante, el pie ya está puesto y solo falta dar pasos.
La situación actual no puede mantenerse mucho tiempo. Una industria que mueve al año más de 3.000 millones de euros estaría avanzando hacia el suicidio. Con los datos de ventas de e-readers y la presencia de Amazon en España, o el sector editorial toma pronto medidas o se verá relegado por los nuevos operadores y sus nuevos modelos de negocio.
Intuimos que multinacionales con muchos años de presencia comercial en el mundo deben estar tomando medidas serias para cambiar las cosas. Un nuevo ecosistema tiene que surgir para que una industria con tantos cientos de años continúe su andadura. Y hasta ahora el único ecosistema que ha demostrado su validez empresarial es el de Amazon. Tomen nota nuestros empresarios del sector y no se duerman en los laureles, salvo que deseen una jubilación anticipada (aunque quizá con pensiones no demasiado altas).


