El crash financiero que ha tenido lugar en el transcurso de las últimas semanas ha terminado de poner nervioso al conjunto del mercado y el sector de tecnologías de la información no se libra de este estado de emergencia. Como alertan profesionales de amplia trayectoria en el escenario del canal de distribución TIC, el mayor peligro que acecha al partner es que sus clientes no tengan financiación ni liquidez para acometer nuevas inversiones dirigidas a mejorar su competitividad a través de la adquisición de TI. El grado de alarma es tal que hasta el presidente de la CEOE (con polémica incluida) ha pedido al presidente del Gobierno que suspenda la economía de mercado y promueva que el ICO (Instituto del Crédito Oficial) actúe de avalista de la pyme para que puedan solicitar nuevas líneas de crédito a los bancos.
Todo ello supondrá la paralización o estancamiento de muchos proyectos de renovación o de nueva implantación de infraestructura que nos alejarán aún más de las cifras de convergencia con Europa. Otro efecto colateral indeseable sobre el que también están advirtiendo los grandes mayoristas de la industria tiene relación con la tan temida sobredistribución y el desfase entre las cifras de sell in y de sell out. La presión de los fabricantes por mantener las cuotas de mercado previstas desde primeros de año está provocando un exceso de producto y una inmovilización de stocks que puede llegar a ser más preocupante que la paralización de las ventas. Lo peor de todo, como sugieren otras voces es que, por culpa del estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera paguen justos por pecadores y se cercenen nuevas iniciativas de impulso a la innovación en sectores saneados.
A pesar este panorama tan poco halagüeño las cifras de ventas de PC siguen creciendo y HP como líder de mercado ha terminado el segundo trimestre del año como mejor subsidiaria de Europa, lo que dice mucho de la buena gestión del equipo directivo de la filial. En el informe desarrollado por AETIC que analiza el grado de informatización de las pymes también se ofrecen resultados moderadamente positivos y hablan de satisfacción desde la prudencia que aconseja la situación.
Aunque a lo largo de estos meses ha habido señales de la enorme crisis que se avecinaba, lo cierto es que las autoridades de la primera economía mundial y principal termostato de la coyuntura del planeta han sido incapaces de tomar medidas para hacer frente a la debacle. Es probable que ahora recuerden aquella famosa frase de Bill Clinton para referirse a que el principal tema de la agenda de la Administración americana siempre debe ser la economía.
