La urgencia del nuevo Gobierno por adoptar medidas de contención del gasto público y el aumento tributario que conllevará tendrán repercusiones directas sobre el salario del conjunto de los empleados del Estado y también sobre el resto de trabajadores que, en su mayor parte, trabajan en pymes. El aumento de la retención del IRPF, tal y como ha anunciado el Gobierno, perjudicará más a los que más ganan, aunque afectará a todos los españoles por igual porque nadie se librará de la subida de impuestos.     El menor poder adquisitivo tendrá serias consecuencias sobre el consumo que continuará bajo mínimos hasta que comiencen a recortarse las abultadas cifras de desempleo. En un primer momento los empresarios podrían resultar beneficiados con estas medidas que dejaban para más adelante la subida del IVA, lo que en principio resultaba beneficioso para estimular la actividad económica. No obstante, el nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha amagado con subir el tipo impositivo antes de marzo cuando el Ejecutivo actual haga sus primeros presupuestos. Hasta la fecha, España contaba con uno de los Impuestos de Valor Añadido en su modalidad general más reducidos de Europa (18%) mientras que en Francia e Italia están en torno al 20% y en Portugal ya supera el 23%.   Otro sacrificio que deberá asumir el resignado contribuyente será la subida -eso sí, «temporal»- del IBI y que afectará a aquellas viviendas con valor superior por encima de la media. En la que ha supuesto la aprobación en tiempo récord (menos de seis días) de un programa de contención del gasto público por parte de un Gobierno entrante, también aparecen -aunque de forma muy tibia- algunos puntos positivos como son el incremento del 1% de las pensiones, la prórroga de la ayuda de 400 euros a los parados de larga duración, la congelación de la subida de la electricidad y la desgravación fiscal por adquisición de nueva vivienda.   Lo importante para el Ejecutivo -que ha seguido al dictado las instrucciones de Alemania y Francia para evitar «males mayores», según argumenta el propio Rajoy- es no dar señales de inacción ante la que parece madre de todas las crisis e inicio del periodo más turbulento de la historia de España en los últimos años. La pregunta ahora es para cuándo la reactivación de la economía. Muchas voces expertas consideran que los primeros indicios de reanimación no se podrán ver hasta dentro de dos o tres años como pronto, mientras que otros retrasan el crecimiento a un lustro o dos. Ahí es nada.   Quizás por eso, y ahora más que nunca, convenga relativizar un poco y recordar que ni nuestras desgracias son tan terribles ni somos tan importantes. Como recuerda uno de los mayores divulgadores científicos del siglo XX, Carl Sagan, «no somos más que una pequeña mota de polvo en medio del inconmensurable y vasto universo». Para él, y según esa maravillosa declaración «cósmica» de derechos y deberes del hombre, «la presunción imaginaria, la falsa ilusión de que tenemos un lugar privilegiado en el universo son desafiadas por la imagen de la Tierra desde el lejano Saturno y que nos convierte en un pequeño punto azúl pálido en medio del infinito cosmos». Les incluyo el enlace a esta importante reflexión que todos deberíamos tener presente hasta en los peores momentos. http://www.youtube.com/watch?v=xYmDyHC4Oc0
Ese pequeño punto azúl pálido
Como recuerda uno de los mayores divulgadores científicos del siglo XX, Carl Sagan, «no somos más que una pequeña mota de polvo en medio del inconmensurable y vasto universo». Conviene no olvidarlo ante la dureza de las medidas aprobadas por el Gobierno.
Publicado el 03 Ene 2012

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