Por Juan Ignacio Cabrera Seresco es un viejo conocido en el canal de distribución informático español. La compañía asturiana empezó a operar nada menos que en 1969 y siempre ha tenido cintura para acomodarse a los vertiginosos cambios que sufre todos los días el sector tecnológico. Hasta la segunda mitad de los noventa, su negocio estaba centrado en torno a desarrollos propios como el ERP Milena Gestión y la herramienta de recursos humanos Milena Personal. Sin embargo, a la altura de 2005, la compañía decidió asentarse en el mercado como proveedor de soluciones globales, y para ello optó por diseñar un plan de negocio a largo plazo que le llevó a aliarse a un puñado de grandes marcas. Ese giro se concretó en 2007 en un plan a tres años, denominado Vision 2010. Al día de hoy, Alberto Díaz, director de la Oficina de Desarrollo Comercial de Seresco, considera que la firma con sede en Oviedo, que emplea a más de 500 personas y tiene oficinas en Galicia, Madrid y Cataluña, ha colmado sus ambiciones iniciales. Seresco puede presumir de certificaciones de alto nivel con Microsoft, SAP, Oracle, Novell, VMware y Esri, un especialista en sistemas de localización geográfica. De hecho, recientemente la compañía informaba de que ha logrado acreditarse como Partner Enterprise de VMware, lo que le permite vender cualquier licencia de la firma líder en el campo de la virtualización de servidores, así como acceder a versiones beta de producto o promociones y fondos para la generación de demanda. “Los niveles de formación que tenemos son los que buscábamos. Es verdad que en algún caso podríamos subir algún peldaño, pero no vale la pena por el perfil de empresa y clientes que tenemos”, asegura Díaz. Seresco está centrado sobre todo en la mediana empresa de la zona noroeste de España, aunque también tiene clientes históricos como PSA (fabricante de Citröen), Arcelor o el Principado de Asturias, que se salen de este esquema. La firma acabó 2009 con unos ingresos de 22 millones de euros y, a pesar de la dureza de la crisis, espera llegar durante este ejercicio a los 23 millones (aunque es previsible que firme contratos plurianuales por un valor total de 31 millones). Además, Díaz considera que en 2011 Seresco mantendrá unos niveles de actividad parecidos a los actuales.
En esta complicada coyuntura, Alberto Díaz considera que sería muy arriesgado volver a plantear un plan trienal como el acaba de concluir. “Iremos viendo año a año. Lo que sí tenemos claro es que, a pesar de las dificultades, no vamos a ir a todo y seguiremos haciendo foco en las tecnologías que conocemos y en ninguna más”, asegura el directivo, que confirma la anemia inversora de las pymes y el endurecimiento de las condiciones que imponen en los contratos las administraciones públicas, que suponen la mitad de su facturación. Además, para estrechar lazos con los clientes de las regiones en las que la compañía no está presente, Seresco trabaja desde este año con cinco agentes comerciales que tienen el cometido de ir sembrando el terreno para la venta futura de alguno de sus desarrollos propios (Milena) o de las herramientas de sus proveedores. Además, ante la escasez de vocaciones por la informática y de personal debidamente formado, la compañía va a reforzar su faceta como centro de docente de algunas de las marcas que comercializa. Con SAP ya organiza másters de 250 y 500 horas, y con Oracle está negociando para convertirse en Oracle University. En este sentido, la propia Seresco es un ejemplo, pues como confirma Alberto Díaz, la mitad aproximadamente de su plantilla responde a un perfil de consultor que, además de conocer bien la tecnología que vende, está ducha en los procesos de negocio de los usuarios que atiende.



