Linux adquiere fuerza en los mercados emergentes, donde los fabricantes prefieren comercializar sus equipos con este sistema operativo y así evitarse pagar las tasas de Windows que Microsoft exige y que suponen un gasto del 15% sobre el total del precio del ordenador. Sin embargo, un 80% de los PC que se venden con Linux terminan utilizando una versión pirata de Windows. No obstante, según Gartner, en los próximos años se van a dar dos tendencias divergentes: por una parte, el número de ordenadores comercializados con Linux bajará (un 11% en 2005 frente a un 7,5% en 2008), y por otra, la instalación del software libre en esos PC se verá incrementada (un 25% en 2005 frente al 50% en 2008).
El éxito de Linux se localiza en los mercados emergentes (principalmente Asia y la región del Pacífico), donde incluso HP ha optado por comercializar sus equipos con este sistema, lo que permite vender ordenadores personales a precios muy asequibles.
Sin embargo, este éxito contrasta con la pequeña cantidad de usuarios que finalmente llegan a utilizar Linux (tan sólo un 1,3%), puesto que Windows ofrece unos entornos multifunción que Linux no soporta. Y es que Linux tan sólo es eficiente para entornos de trabajo donde los puestos sólo están dedicados a una sola función, como la introducción de información en bases de datos, la gestión bancaria o la facturación en retail. Las desventajas para migrar un equipo de Windows a Linux son varias: los costes que supone adaptar las aplicaciones, la incompatibilidad con los usuarios de otros sistemas operativos, la negativa de los usuarios a utilizar un sistema operativo diferente al que están acostumbrados, los costes de transporte y adaptar los plug and play a Linux. A pesar de ello, Windows ha visto en Linux una seria amenaza que es necesario vencer, y prefiere que se utilicen versiones piratas a que se extienda el uso de Linux.


