Samsung irrumpió en el negocio nacional de portátiles a finales de 2002 con la intención de hacerse hueco en el segmento de equipos de gama alta, una parte del mercado residual en un país donde sigue contando demasiado la variable del precio a la hora de adquirir un notebook . En ese momento, la compañía se lanzaba a la aventura con tan sólo dos modelos (Q10 y P10) y una discreta organización mayorista formada por Tech Data y Memory Set. Y es que, como reconocía Fernando Jiménez, director de marketing del área de informática de la filial española de Samsung, la intención del gigante asiático era situar el portátil en el centro de una oferta multimedia compuesta por multitud de dispositivos (pantallas TFT, lectores ópticos, impresoras o equipos multifunción), un camino que luego siguió un fuerte competidor como Sony.
Ahora, la multinacional japonesa da un paso adelante y engrosa su lista de mayoristas para su gama de portátiles, que cuenta ya con siete modelos, con UMD. La compañía con sede en Bilbao y oficinas y almacenes en Madrid, Barcelona y Valencia, ya venía comercializando monitores, regrabadoras y faxes de Samsung.


