La posible reforma del actual horario comercial ha vuelto a despertar el debate en torno al tiempo legal en el que los establecimientos pueden abrir sus puertas. Ayer, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio propuso reducir de 12 a 8 el número de días festivos al año en los que se puede abrir los comercios. Además, la iniciativa del equipo del ministro José Montilla también incluye reducir de 90 a 72 horas semanales la apertura de los establecimientos.
Si finalmente es aprobada, la nueva normativa podría limitar el potencial de ventas de las grandes superficies, que en 2003 arañaron cuota de mercado a las tradicionales tiendas de informática. Sin embargo, estas últimas podrían aprovechar las mismas restricciones horarias para reafirmar su liderazgo en la venta de soluciones y equipos y frenar la influencia de los megacentros, algo que por otra parte consideran de justicia. De momento, la Confederación Española de Comercio, que agrupa a 400.000 comerciantes, se ha mostrado partidaria de las propuestas del Gobierno, manifestando que «recuperan el espíritu de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista de 1996, producto de un amplísimo consenso parlamentario». Para la CEC, dicha ley garantizaba tanto el equilibrio como la legítima competencia entre los distintos formatos de la distribución.
Sin embargo, las pretensiones del Ministerio de Industria han sido calificadas como «anacrónicas» por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que considera que el nuevo horario va en contra de los consumidores.


