A pesar de sus 23 pulgadas, sus características no son precisamente las mejores de la comparativa, ya que tanto los 250 cd/m2 como su relación de contraste de 500:1 se sitúan entre los valores más normales de cuantos modelos se han analizado.
Algo que parece poco compensado es su resolución con respecto al tamaño: 1.600 x 1.200 píxeles son los que habitualmente se utilizan en pantallas TFT de entre 20 y 21 pulgadas.
Una vez encendida, esta pantalla se convierte en una exquisitez. Es ideal para muchos tipos de trabajo, y podrá ser utilizada para presentaciones, ferias o incluso para disfrutar del cine a lo grande.
Destaca por su buena definición a la hora de mostrar líneas a nivel de píxel y también en su focalización, ya que ofrece una homogeneidad fuera de lo común en cualquier zona de la pantalla. Este detalle también se pone de manifiesto en el apartado de color, con tonos bastante puros y degradados bien escalonados.
Tal vez, su terminado no se encuentra a la altura de otras características. Cuenta con un diseño algo tosco, que en ningún caso eclipsa a lo que verdaderamente importa en estos dispositivos: una correcta visualización de la imagen.


