A pesar de que durante muchos años la compañía de Bill Gates ha disfrutado de un dominio incontestable sobre todo en el entorno del desktop, con su familia de sistemas operativos, y las suites ofimáticas, la sensación es que la firma se encuentra en un momento delicado donde está siendo atosigada por todos los flancos plataformas, aplicaciones de oficina, programas de navegación, web services, departamentos de justicia…
La última de Microsoft ha sido el anuncio por parte de la compañía del Goverment Security Program, controvertida iniciativa por la que pretende impulsar el negocio en el entorno de las Administraciones Públicas compartiendo con los gobiernos el código fuente de Windows. La apertura del código con el fin de satisfacer las necesidades de seguridad de los Gobiernos apunta a una maniobra que trata de dar respuesta a anuncios como el realizado por la Comisión Europea, instando a todas las administraciones continentales a implantar infraestructura de software libre. El caso de Linux es quizá el más llamativo por la amenaza en términos de negocio y de filosofía de mercado que supone. Tanto es así que el propio presidente de Microsoft, Steve Ballmer, ha tenido que reconocer la fuerza de la comunidad del software libre e incluso, según un informe de Meta Group, el fabricante podría comenzar a desarrollar aplicaciones sobre Linux el año próximo.
En opinión de Francisco Monteverde, director de marketing de Sun Microsystems, la desventaja de Microsoft tiene que ver con que el movimiento del software libre va a permitir a los clientes disponer del código fuente de forma que puedan asegurarse de que ninguna compañía cargue precios abusivos sobre las licencias de software. Esto es algo que Microsoft no está dispuesto a hacer porque gana muchísimo dinero con ello. Windows hace un 85 por ciento de margen. En el caso de la adquisición de nuestro StarOffice, como va a estar disponible para toda la comunidad, el cliente se va a asegurar de que Sun sólo cargue un precio razonable o un valor añadido sobre aquel software que cualquiera puede coger de la Red.
Luis Martín, director para el desarrollo de la Sociedad de la Información de Microsoft considera que el anuncio no es para tanto. Según este responsable, Microsoft tiene el código compartido desde hace más de dos años, aunque se queja de que nunca se le ha prestado mucha atención. De hecho, en España, la Universidad de Sevilla, la Politécnica de Cataluña y la Carlos III de Madrid han dispuesto del código de Windows. Lo que no hemos dejado abierto es el sistema de criptografía. Ésa es la novedad, afirma.
En cambio, desde SCO el guiño de Microsoft a los gobiernos e instituciones se interpreta como una reacción frente a un movimiento imparable, el del software libre. Jesus Vega, director general de la compañía en España, considera que la firma dirigida en nuestro país por Rosa García tiene mucho que perder. Los grandes clientes están buscando con ahínco alternativas. Cuando hay un único fabricante que controla los designios del mercado tecnológico se produce una reacción de búsqueda de alternativas. Linux es una de ellas, afirma tajante.
En opinión de Luis Martín, la de Linux sólo es una batalla más de las que Microsoft ha tenido que librar en los 25 años que lleva en el mercado. Por eso, la firma de software no quiere oír hablar de reacción frente a una industria de software libre que aún tiene muchas dudas que resolver. Martín se pregunta por cuál es el modelo comercial de Linux y por qué aparecen escisiones entre facciones de Linux, tanto en el ámbito comercial como en el estratégico. Cada día se distancian más los seguidores de Linux Torvalds con los de Richard Stallman, unos hablan del Free Software Fundation y otros del Open Software. Stallman [ex hacker y fundador de la Free Software Fundation] ha amenazado con demandar a todas las empresas que tengan su propiedad intelectual dentro de su software y no lo declaren. Hay muchísimas cosas por aclarar que pueden afectar al entorno tecnológico. Muchas dudas en el aspecto legal, recalca Luis Martín.
Precisamente, SCO acaba poner en marcha la estrategia SCOsource con el fin de gestionar la propiedad intelectual de Unix de SCO. El fabricante piensa cobrar un canon de 149 dólares por CPU a todos aquellos que quieran tener acceso a las librerías compartidas Unix de SCO para usarlas con Linux, ya que en muchas ocasiones han sido copiadas o descargadas de Internet (en opinión de SCO de forma ilegal, puesto que han sido desligadas de su propia oferta). Luis Martín, de Microsoft, se pregunta por las verdaderas intenciones de su competidor, poniendo en duda la idea de libertad que implica el modelo de Linux. Van a empezar a litigar contra todo el uso que creen que la gente de Linux está dando a sus patentes. Eso significa que si un usuario se ha instalado Linux en su PC creyendo que es un software libre y gratuito mañana puede tener una demanda. Por su parte, SCO ya se ha apresurado a señalar que este movimiento no va contra la comunidad Linux y que, por el momento, no está interesada en demandar a ningún fabricante. Resolver aspectos sobre propiedad intelectual no implica automáticamente litigar, señala la compañía. No obstante, lo que sí que parece claro es que el pago de este canon incrementará el coste de implementación de Linux, una de sus principales ventajas frente a Microsoft.
Frente a los desaires que muchas veces produce Scott McNealy, el responsable de marketing de la filial española de Sun se muestra muy comedido cuando se le menciona la estrategia de ataque a Microsoft que sigue su compañía. En su opinión, StarOffice, el arma de Sun en el entorno desktop, no es una herramienta contra Microsoft, sino simplemente una alternativa.
Luis Martín tampoco se arruga a la hora de defender que su compañía no cobra ningún precio abusivo al usuario. Para ello el responsable echa mano de los estudios y el cálculo y afirma que está demostrado que Microsoft Office es la mejor herramienta en términos de productividad. Martín asegura que con la versión XP el usuario consigue hasta un ahorro de media hora de trabajo al día sólo en el uso de las tareas normales de la suite. Eso significa que al final puedes amortizar su precio en 15 o 20 días.
Los tribunales han sido y son otro de los quebraderos de cabeza de Microsoft. La imagen del gigante del software últimamente queda mermada por sus continuas apariciones ante la justicia. Luis Martín compara la batalla del mundo del software como una carrera en la que unos no han querido participar porque no les parecía honroso y otros que han corrido han decidido retirarse. Por último está el que sólo corre para marqueses [en referencia a Apple]. Así que, IBM detiene el desarrollo de OS/2, Apple decide retirarse a un mercado marginal porque le salen las cuentas y Sun desprecia el desarrollo para sistemas de desktop, aunque ahora quiere sumarse a ello y Microsoft grita que no tiene la culpa.
Como ejemplo del enfrentamiento de Microsoft con la justicia vale el reciente fallo a favor de Sun y su maquina virtual de Java. La última resolución judicial ha obligado a la compañía de Gates a incluirla en la versión XP de Windows. Este litigio adquiere su importancia por el peso que juega dentro de otro de los trozos de la tarta que ambos gigantes no quieren repartirse, el de los servicios web. Desde el punto de vista de Sun, fue Microsoft quien en el lanzamiento de Windows XP retiró del sistema operativo la máquina virtual de Java, lo que suponía que hasta 7.000 webs dejaban de funcionar instantáneamente con Windows XP. Desde luego, la versión de Microsoft es muy diferente. Luis Martín se desespera cuando se le nombra a Sun. Siempre está litigando. En su día lo hizo para que la sacáramos y ahora para que la metamos. Lo que quiere es entorpecer nuestro I+D. Cuando nosotros lanzamos XP Sun impidió que actualizáramos automáticamente las últimas versiones de la Virtual Machine de Java. Por eso decidimos no incluirla, porque la versión que nos daban era antigua. Es muy difícil luchar con una compañía tan caprichosa.
Como decíamos, el negocio que ya se está generando alrededor de los servicios web va a dar mucho que hablar en los próximos años y a buen seguro que volverá a enfrentar a las compañías de Scott McNealy y Bill Gates. Microsoft apuesta todo a su plataforma .Net y comienza a hablar de software como servicio. Sun construye su estrategia de mercado alrededor de Sun One y afirma que desde siempre ha venido defendiendo la idea The Network is the Computing (el ordenador está en la red).


