Con poco más de kilo y medio de peso y 2,3 cm de grosor, este dispositivo de Compaq se sitúa en el rango de los ultra-ligeros. La responsabilidad hay que atribuírsela a la implementación de la disquetera, la unidad de DVD-ROM y un buen número puertos en forma externa, por medio de una bahía de expansión. A ésta hay que sumar una segunda bahía multipuerto situada en la carcasa, con una gran variedad de opciones de conexión, la mayoría de tipo inalámbrico.
Bajo una cubierta acabada predominantemente en negro, Evo N400c alberga un equipamiento base compuesto por Pentium III a 700 MHz, 128 Mbytes SDRAM (más dos ranuras de expansión de otros 128 Mbytes cada una), disco duro 20 Gbytes, SO Windows Me, pantalla TFT de 12,1 pulgadas y batería de 3 horas de duración. Asimismo cuenta con altavoces estéreo integrados, tarjeta gráfica Ati Rage Mobility AGP, dotada de 8 Mbytes SDRAM, DVD-ROM Compaq 8X externo, módem Intel 56K V90 y tarjeta de red Intel Ethernet de serie, en contra de la norma de los ultra-ligeros.
El rendimiento general de esta arquitectura hace honor a la fama de Compaq como fabricante. Sin embargo, hay que lamentar algunas insuficiencias importantes, la primera de las cuales hace referencia al rendimiento del procesador. Y es que, con un valor de 71 según el índice SYSmark 2001 queda algo por debajo de lo estipulado para un Pentium III a 700 MHz. Más grave resulta la capacidad 3D de la aceleradora Ati incorporada, pues sus 332 puntos sólo alcanzan a mover soltura los polígonos de las pruebas del 3DMark2001. Por su parte, la unidad DVD arroja en la práctica unas tasas de reproducción de 2,8x DVD, frente a las 8x que el fabricante le atribuye.
Pese a todo, este aparato cumple sin problemas las expectativas generadas por cualquier modelo de su gama, añadiendo además una interesante garantía de 3 años in situ.


