Las importaciones paralelas perjudican seriamente la salud de las marcas y además erosionan los beneficios de fabricante y distribuidores. Así lo afirma un estudio realizado por la consultora KPMG. Y es que, según sus datos, el mercado internacional de importaciones paralelas cuesta a la industria 4.542 millones de euros en pérdidas de beneficios. De hecho, sigue creciendo y actualmente mueve en el mundo 36.628 millones de euros. El estudio, que ha sido patrocinado por la alianza contra el mercado de importaciones paralelas ha descubierto que, aunque suponen una fuente alternativa de equipamiento para algunos miembros del canal, también pueden perjudicarles a ellos y a las marcas. Sin embargo, adquirir productos en este canal puede implicar riesgos y falta de seguridad para los usuarios que los adquieren y que sólo perciben los problemas a la hora de reclamar o hacer uso de la garantía.
Las importaciones paralelas pueden implicar una ruptura de acuerdos con los propietarios de las marcas, incluyendo abuso de incentivos y programas de descuento, afirma en el informe KPMG.
De cualquier modo, es significativa una afirmación del estudio que declara que el 71 por ciento de los mayoristas necesita en ocasiones adquirir productos a través de estas importaciones paralelas para llegar a ser competitivos. Sin embargo, esta iniciativa puede ser perjudicial para los VAR porque crea un entorno muy complicado de ventas sin seguridad en lo que respecta a la calidad, explica Stanimira Koleva, responsable de ventas de canal de 3Com.
Sobre la responsabilidad de los fabricantes en torno a este tema, Simon Welch, responsable de marketing de Clarity declara La calidad de los fabricantes establece obligaciones contractuales a los distribuidores acreditados. Sin embargo, los distribuidores que trabajan con importaciones paralelas no establecen compromisos de calidad y esto perjudica a todos. Para evitar estos canales, los fabricantes deben controlar más estrictamente los niveles en la cadena de distribución.
