Según publica CRN.com, Intel advirtió la semana pasada de que afronta una escasez de procesadores que podría prolongarse hasta bien entrado el próximo año debido a que la demanda actual está por encima de la oferta que la compañía es capaz de suministrar.
El fabricante de chips, que pasa por un momento crucial, con ajustes de personal y cambios significativos en su accionariado, y con el futuro del negocio de fabricación para terceros todavía en el aire, dio a conocer su previsión de suministro durante la presentación de su informe de resultados del tercer trimestre, que acabó con ingresos, margen bruto y ganancias por acción por encima de las previsiones.
De hecho, el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, informó de que para el trimestre culminado a finales de septiembre, la compañía experimentó una subida de los ingresos del 3% interanual, alcanzando los 13.700 millones de dólares. La unidad de procesadores para PC creció un 5% interanual, hasta los 8.500 millones de dólares, y compensó la caída del negocio de chips para centros de datos, que disminuyó un 1% interanual, hasta los 4.100 millones.
El margen bruto de la compañía fue del 38,2%, 23 puntos más que en el mismo período del año pasado. Como consecuencia, el precio de las acciones de Intel subió más de un 7%.
El CFO de Intel, David Zinsner, dijo en la reunión con analistas que «la oferta se ha ajustado materialmente», impulsada principalmente por «restricciones de capacidad» en los nodos de fabricación más antiguos de la compañía: Intel 10 e Intel 7.
Esta escasez «limitó nuestra capacidad de satisfacer completamente la demanda en tanto para productos de centro de datos como para productos de cliente [PC]», agregó. Aunque la escasez es más pronunciada en torno a los nodos Intel 10 e Intel 7, está afectando prácticamente en todo el negocio de Intel, reconoció Zinsner.
Los productos construidos utilizando los nodos Intel 10 e Intel 7 representan generaciones anteriores de procesadores Intel Core para PC y procesadores Xeon para centros de datos. Estos productos incluyen la línea Core de 14ª generación «Raptor Lake Refresh» y la línea Xeon Scalable de quinta generación «Emerald Rapids», ambas lanzadas en 2023, según publica CRN.com. Por su parte, productos más recientes, como la línea Core Ultra 200V «Lunar Lake» y la línea Core Ultra series 2 «Arrow Lake», dependen total o casi totalmente del gigante asiático TSMC para su fabricación.
El responsable financiero de Intel dijo que la compañía está trabajando con sus clientes minimizar el impacto de esta escasez, lo que incluye desplazar la demanda hacia modelos de procesadores que no atraviesan por dificultades. Eso sí, Zinsner adelantó que los problemas de suministro podrían alcanzar su punto máximo en el primer trimestre del próximo año.







