E-mail marketing, la garantía del éxito

Paul de Fombelle, director general de Sarbacán Software en España

Publicado el 11 Jul 2011

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Cuando queramos llevar a cabo un envío masivo de e-mails, la primera pregunta que debemos hacernos es: ¿a qué público objetivo va dirigida la campaña? Ese es el paso inicial de otros muchos que van a seguir: determinación del objetivo de la campaña, definición del tipo de mensaje, su personalización, el envío o la evaluación de los resultados… A la elección de ese público concreto y definido por unas determinadas características se le denomina segmentación y hay que ser muy acurado a la hora de realizarla si queremos tener éxito en nuestra campaña de e-mailing.

Para segmentar adecuadamente, hay que realizar una base de datos calificada. Cuanto más precisa sea la información que contenga y más fragmentada y actualizada se encuentre, nos proporcionará mayores posibilidades para adaptarnos a los intereses y necesidades de nuestros destinatarios. Si a todo esto le añadimos nuestra capacidad para generar contenido de valor, obtendremos buenos resultados y de manera rápida. No hay que enfocarse en el volumen, sino en la calidad de los contactos: más valen 600 bien conocidos, que 600 mil extraños.

Por otro lado, ¿cómo sabemos si realmente estamos haciendo una buena campaña de e-mail marketing que no sea percibida como spam? En España, el spam o correo basura está prohibido por ley y penado con multas de hasta 600.000 euros. Cada vez hay menos vacíos legales para realizar malas prácticas, pues el objetivo es proteger la intimidad y los datos de los usuarios y, además, reducir el enorme coste que supone filtrar estos e-mails.

Por el contrario, el envío de e-mail marketing utilizando bases de datos opt-in, es decir bases de datos formadas por personas que previamente han solicitado recibir los correos comerciales, no sólo entra en el marco de la ley, sino que es muchísimo más eficaz y rentable: los usuarios odian los spams, pero abren y leen los mensajes comerciales legítimos. El beneficio es mayor: la reputación de la empresa no se daña, la fidelización del cliente crece y las ventajas sobrepasan los inconvenientes, aunque la labor pueda parecer más ingrata.

Todas estas conclusiones no hacen sino afianzar la posición de que una gestión correcta y destacable de e-mail marketing ayudará a nuestra empresa a conseguir los objetivos planteados y a hacerlo con eficacia y confianza, fidelizando a nuestros clientes y, sobre todo, logrando el beneficio proyectado.

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