La rigidez laboral pasa factura. Según el Observatorio Adecco sobre Bienestar Emocional, seis de cada diez compañías identifican la falta de flexibilidad, la monotonía y el estrés como las principales causas del absentismo y a la vez la imposibilidad de retener el talento. A ello se suma otro dato preocupante: casi el 70% de las empresas cree que la desmotivación y la falta de compromiso de sus empleados es un factor clave en esta problemática.
En este contexto, los modelos organizativos flexibles -las llamadas “empresas líquidas”- se perfilan como la alternativa ganadora. Así lo sostiene Woffu, especialista en soluciones de gestión de tiempo y control horario, que apunta a un vínculo directo entre flexibilidad, engagement y reducción del absentismo.
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Absentismo: el coste oculto de la rigidez
El absentismo no solo erosiona la productividad, también dispara costes económicos y reputacionales. Entre las causas más citadas por las empresas, según Adecco están:
- Rigidez horaria, monotonía y estrés (61%).
- Falta de motivación y compromiso (casi 70%).
La consecuencia de todo ello es la continua rotación, pérdida de competitividad y dificultad para fidelizar talento en un mercado laboral cada vez más exigente.
Bienestar emocional: tarea pendiente
La flexibilidad es necesaria, pero no suficiente. El bienestar emocional gana peso como palanca para sostener la motivación de los equipos. No obstante, apenas el 46% de las organizaciones ha puesto en marcha programas de formación en resiliencia, empatía, automotivación o comunicación asertiva.
“Si queremos equipos sanos y motivados, necesitamos invertir en cultura emocional. No basta con ajustar horarios: hay que cambiar la mentalidad. Las empresas líquidas incorporan la escucha activa y el desarrollo de soft skills en su ADN”, añade Marin.
Las claves de una empresa líquida
De acuerdo con Woffu, estas son las palancas que marcan el camino:
- Digitalizar la gestión del tiempo: sustituir procesos manuales por herramientas que aporten autonomía y control.
- Adoptar modelos híbridos: combinar presencialidad y teletrabajo cuando la actividad lo permita.
- Flexibilizar horarios: pasar del presentismo al trabajo por objetivos.
- Impulsar la inteligencia emocional: formar a managers y empleados en resiliencia, empatía y automotivación.
- Escuchar al equipo: medir el clima laboral y actuar en consecuencia.
- Cultura orientada a resultados: menos control rígido, más foco en productividad y bienestar.
“Convertirse en una empresa líquida no significa perder control, sino ganar en confianza, eficiencia y competitividad. Quienes den este paso liderarán el futuro del trabajo”, concluye la directiva de Woffu.




