Este aparato aporta la ventaja de contar con un switch en cada sala. Ello supone la liberación del tráfico absurdo de los conmutadores centrales, es decir, el que transcurre entre un equipo y la impresora de la esquina, por ejemplo. Todas estas tramas se quedan en este pequeño dispositivo, que intenta sustituir al cajetín convencional de la pared, de modo que no tienen por qué saturar al resto de la empresa.
El aparato, que dispone de cuatro puertos y dos conexiones en su parte trasera, está acompañado de un CD con varias aplicaciones de configuración. La más interesante es la que permite gestionar todos los IntelliJack de una empresa. Cada aparato cuenta con su propia situación física; una opción que permite localizar los equipos conectados a los conmutadores en función a su dirección IP. Cada uno, además, almacena estadísticas sobre el rendimiento de las conexiones y es capaz de lanzar traps SNMP para eventos.
Con su interfaz de configuración, se podrán controlar las etiquetas VLAN de las tramas, utilizar las colas en los buffers para implementar QoS. Los aparatos permiten la actualización del firmware, e incluso hacen este proceso de una forma programada.
Resulta realmente sorprendente el grado de control que tendrá el administrador sobre cada uno de estos pequeños dispositivos y, a pesar de su precio, las infraestructuras de tamaño mediano deberían plantearse seriamente su implantación.
