Cámaras de videoconferencia. La fórmula más completa de comunicación a distancia

La gastos derivados de los viajes y la inseguridad de los transportes colectivos han propiciado el desarrollo de los sistemas de videoconferencia y mecanismos análogos, como las webcams.

Publicado el 16 Ene 2002

Cámaras de videoconferencia. La fórmula más completa de comunicación a distancia

En cuanto al funcionamiento de estos sistemas en la práctica, resulta sorprendente la facilidad de instalación y manejo de la mayoría de ellos. Esto se debe, sobre todo, a que, en la actualidad, casi todas las cámaras se conectan con el ordenador a través de interfaz USB, mientras que hace un año todavía había muchos dispositivos que exigían la asistencia de una tarjeta capturadora de vídeo. El resto del conjunto lo componen, como se ha apuntado anteriormente, una tarjeta de sonido, un módem de 56 Kbps, unos auriculares o altavoces y un micrófono, cosa que no está incluida en el PC y tampoco suele venir con las cámaras. Una vez que haya reunido estos componentes, el usuario tendrá que instalar los controladores y enchufar y ya podrá arrancar Netmeeting para comenzar su conversación.

Este último paso puede llevarlo a cabo desde el propio acceso directo que aparece en el escritorio. Tras ejecutar la aplicación, deberá pinchar en Herramientas/Opciones y consignar sus datos nombre, apellidos, etc. Finalmente, determinará el servidor de directorio donde quiere que se produzca la conexión y, después de pulsar sobre un icono que representa un libro abierto, y seleccionará la persona con la que desea hablar. Esto no impedirá que reciba, durante su conversación, la llamada de cualquier otro usuario que esté conectado.

Los servidores de directorios que se emplean para la videoconferencia son los denominados ILS (Internet Location Service) y están accesibles con sólo teclear «servidores ils» en cualquier buscador. En el ámbito de habla hispana, los más habituales son ils.wanadoo.es, ils.jet.es, ils.dipualba.es, ils.ctv.es, ils.demasiado.com, ils.terra.es, ils.dimasoft.es, ils.telepolis.com, ils.dilhard.com.ar, ils.copetel.com.ar, netmeeting.entelchile.net, netmeeting.net.co.
En un mundo cada vez más globalizado, resulta lógico que se dispare la demanda de nuevos mecanismos de telecomunicaciones más rápidos, fiables y completos. Los sistemas de videoconferencia llevan ya años cumpliendo con más o menos calidad esa triple exigencia, pero su auténtico despegue ha venido de la mano de Internet y se ha visto potenciado por el miedo a los desplazamientos en avión que han generado en la población atentados como los del pasado 11 de septiembre. Por ello, parece que ha llegado el momento de elaborar una comparativa donde se explique la mecánica de la videoconferencia y los requisitos mínimos para llevarla a cabo, así como los principales tipos de cámaras y su funcionamiento.

En realidad, las bases tecnológicas necesarias para el desarrollo de un mecanismo de transmisión de voz e imagen simultánea y en tiempo real se han ido sentando a lo largo de los dos últimos siglos Los primeros pasos fueron la invención del telégrafo (1837) y, después, del teléfono. Aunque los libros de historia señalan que este aparato surgió en 1876 de la mano del escocés Alexander Graham Bell, hay también quienes piensan que fue el florentino Antonio Meucci quien lo inventó hacia 1849 en La Habana, entonces colonia española. El siguiente gran avance se produce con la llegada de la televisión, un artilugio que conjugaba por fin el sonido con la imagen en movimiento, pero que sólo satisfacía parcialmente el anhelo de la comunicación audiovisual, pues tenía un carácter unidireccional.

Para conseguir dar el paso definitivo, hubo que realizar primeramente una importante inversión técnica con el fin de idear un soporte capaz de transmitir, y no sólo emitir, tanto vídeo como audio. El milagro llegó ya con las redes IP propias de Internet, si bien los nuevos soportes de telecomunicaciones (cable, ADSL, RDSI, etc.) son los más indicados para la práctica de la videoconferencia, merced a su rapidez de transferencia.

Pero, aunque existen equipos específicos, compuestos de una cámara, un sistema de audio, un codificador, etc., hoy día basta un pequeño desembolso para poder disfrutar de esta forma de comunicación. Tan sólo es preciso adquirir uno de los muchos modelos de webcam que existen a partir de las 5.000 pesetas y asegurarse de que el PC doméstico cuenta con el equipamiento básico tarjeta de sonido, altavoces o auriculares, módem y micrófono. En el apartado de software, es aconsejable instalar el programa Netmeeting, ya que se puede descargar de forma fácil y gratuita desde la dirección www.microsoft.com/windows/netmeeting/download/. De hecho, a partir del momento en que se instale esta aplicación, el usuario podrá enriquecer sus reuniones por chat con la recepción de vídeo y sonido. Para poder responder en la misma forma, tendrá que incorporar la cámara de videoconferencia.
El principio fundamental que subyace bajo esta modalidad de comunicación es la traducción de las imágenes a datos, de forma que el módem pueda transmitirlas. Este proceso se lleva a cabo por medio de tres elementos un sensor, una lente y un circuito electrónico de comunicaciones. De estos tres componentes, es el sensor el que realiza propiamente las tareas de fotoconversión basándose alternativamente en uno de los dos mecanismos que hoy en se pueden encontrar en el mercado los sistemas CCD (Charge Coupled Device) y los CMOS (Complementary metal-oxide semiconductor).

En ambos casos, el procedimiento consiste en otorgar de niveles eléctricos diferentes a cada uno de los colores que componen la imagen, de modo que una matriz de células fotosensibles pueda separar y volver a agrupar los datos formando una secuencia que represente la visión captada. Sin embargo, estos sistemas surgen de procesos de fabricación que, además de tener distinto origen, determinan el coste final de la cámara. Así, aunque el mecanismo CMOS es más moderno y ha sido creado por los laboratorios de la NASA con el fin de conseguir imágenes de mayor calidad, su rendimiento es aún inferior al de CCD y, por consiguiente, su precio también lo es. No obstante, la industria alberga un gran interés en ese sistema debido a su reducido coste de su producción, lo que hace prever una pronta mejora.

La comparativa que aquí se ofrece refleja claramente la existencia de dos gamas de distintas de webcams por un lado, las basadas en sistemas CCD, con mejores prestaciones y un precio más elevado, y las que presentan tecnología CMOS, dirigidas a usuarios domésticos. Por supuesto, la evaluación de cada dispositivo se ha hecho teniendo en cuenta la gama concreta en la que se encuadrase, si bien se ha añadido un criterio relacionado con la amplitud del software que acompañaba a cada cámara.

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