Dell no acaba de convencer a los inversores. El segundo fabricante de ordenadores del mundo, según las principales consultoras, ha ingresado 15.646 millones de dólares en su tercer trimestre del año fiscal 2008. Aunque esto supone un incremento del 8,5% con respecto al mismo periodo del año fiscal precedente (ayudado por la venta de portátiles, que ha crecido un 19%), las acciones de la compañía han caído un 13%. La explicación a esta desconfianza inversora hay que buscarla en las expectativas de los inversores, que esperaban 35 centavos de dólar por acción, cuando Dell sólo ha llegado a los 34. Otro motivo que ha llevado a la firma a sufrir este batacazo ha sido la reducción del margen bruto en 1,4 puntos con respecto al segundo trimestre del presente año fiscal, así como los costes originados por el recorte de empleos y algunas adquisiciones. Para rematar la situación, los mismos responsables del proveedor han explicado que los resultados del año completo también podrían verse afectados y no cubrir las cifras esperadas.
Y es que la firma que dirige Michael Dell se encuentra inmersa en una redefinición de su estrategia. El proveedor se ha caracterizado por vender sus equipos a través del teléfono o de Internet sin hacer uso de un canal de distribuidores. Sin embargo, y debido a la pérdida de cuota de mercado en las regiones europeas y a la disminución de sus ventas en EEUU (su principal escenario de negocio), Dell ha comenzado a comercializar sus PC a través de grandes retailers como Wal Mart o Carrefour. A ello se suma el inminente nombramiento de un responsable para el canal de distribución, que se encargará de crear una nómina de partners e integradores que ayudarán a comercializar los productos del fabricante. Y es que, a pesar del incremento en la facturación gracias a la venta de notebooks, HP, su principal competidor, ha vendido un 33,1% más de PC (tanto sobremesas como portátiles) en el mundo durante el mismo periodo.


