Su aparente ligereza externa encubre una máquina resistente y de notable rapidez, capaz de proporcionar un tratamiento de color a la altura de máquinas superiores. Concretamente, la impresión de fotografía digital se lleva a cabo con una fidelidad extraordinaria, gracias a la tecnología propietaria de HP Photoret III, que consigue índices de resolución de hasta 2.400 x 1.200 puntos con el papel fotográfico adecuado.
En otro orden de cosas, destaca la pureza con que se plasma el color negro. El punto más débil se encuentra en el degradado de los colores, mientras que el segundo gran inconveniente es el coste de los cartuchos de termo-inyección de HP, demasiado elevado para una impresora de consumo.


