Parece que nada puede detener a Microsoft. La compañía que preside Bill Gates ha decidido dar un paso más e involucrarse en el ya solvente negocio de las consolas y de los videojuegos.
Con Xbox, Microsoft presenta una poderosa máquina que lejos de ser un simple ordenador dotado de una tarjeta gráfica muy potente, tal y como la han definido muchos competidores, posee unas características técnicas que entre otras, permiten la conexión a Internet, la reproducción de películas en DVD y la posibilidad de jugar on line a través de banda ancha.
Tales características serán las responsables del alto precio que alcanzará la consola en el mercado cuando el próximo 14 de marzo sea presentada en Europa (finales de noviembre de 2001 en EEUU). Y es que la Xbox se venderá por 300 dólares (unas 56.000 pesetas) en el mercado americano y por unos 479 euros (cerca de 80.000 pesetas) en Europa.
Ingram, que hasta ahora se había dedicado mayoritariamente a la distribución de informática profesional, penetrará en este mercado en el que las expectativas superan de largo el fenómeno que las consolas ya produjeron en los últimos cinco años, en los que España se ha colocado como el cuarto país de Europa por volumen de ventas.


