Kinyo se hace con las riendas de Speed2

Juan Gómez, director de Kinyo, estima que la compañía adquirida aportará al mayorista una facturación de unos 8 millones de euros, elevando hasta los 41 millones los ingresos previstos para el ejercicio 2007.

Publicado el 05 Mar 2007

Kinyo se hace con las riendas de Speed2

La concentración continúa siendo una de las tónicas dominantes en el canal mayorista español. Así, a las continuas fusiones entre compañías acaba de sumarse la adquisición de Speed2 por parte de Kinyo en una operación cuyo montante no ha sido desvelado. Pero lo que sí se han hecho públicos son algunos detalles de la compra, como que la plantilla de Kinyo se verá ampliada con nueve de los 16 empleados que tenía Speed2, mayorista que en 2006 facturó casi 14 millones de euros. Además, los términos de este acuerdo establecen la absorción de todo el stock de la compañía adquirida, valorado en unos 800.000 euros. De entrada, la operación puede aportar a Kinyo unos 1.290 nuevos clientes, aunque el mayorista, dirigido por Juan Gómez, no contempla distribuir todo el catálogo de Speed2. Así, de una treintena de proveedores, Gómez confirma que su compañía ya trabajaba con Terratec y Salicru, mientras que ya se han cerrado acuerdos con Transcend y 3D Club y con el resto se están evaluando las posibilidades de negocio. La idea es que en 2007 se traslade al balance de Kinyo aproximadamente el 60% de los actuales ingresos de Speed2, lo que supondrá sumar unos 8 millones a las previsiones de 33 millones que Gómez tenía en mente antes de la adquisición. De cumplirse estas expectativas, el mayorista facturará en torno a los 41 millones, un 36% más que en 2006. De igual modo, Kinyo está estudiando la posibilidad de integrar dentro de su catálogo la marca de equipos Karson, ensamblada por Speed2.

A finales de 2003, la compañía adquirida daba empleo a 36 personas y contemplaba unos ambiciosos objetivos, ya que se había marcado crecer un 40%, pasando de los 25 hasta los 35 millones de euros de facturación. Sin embargo, a partir de 2005 este mayorista, dirigido por César Salas, comenzó a perder ventas en Cataluña y las provincias de Zaragoza y Huesca, lo que hizo que sus ingresos globales cayeran cerca de un 60%.

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