Otro de los ámbitos que quedan bajo la jurisdicción de Ángel Herrero es el de la fotografía digital, un mercado que vive una auténtica revolución en estos momentos, pues, según los datos de HP, las aproximadamente 300.000 unidades vendidas el pasado año podrían doblarse en el ejercicio que comienza. A pesar de la impresión que dejan estas cifras, los fabricantes no están ganando mucho dinero con la venta de cámaras por el ajuste tan temprano de precios que ha habido y el gran momento de este negocio está por llegar y tendrá lugar cuando se produzca la diversificación del revelado, que además es la gran amenaza para el canal de fotografía tradicional, que en gran parte vive de este servicio.
Tras la fusión de HP y Compaq, la plantilla de la compañía resultante en España quedó segmentada en cuatro divisiones Sistemas Empresariales, Imagen e Impresión, Sistemas Personales y Servicios. Ángel Herrero, que lleva 15 años en HP y ha estado casi siempre vinculado a la venta de informática personal a través de los canales de distribución, se ha hecho cargo del marketing de la división dedicada a la venta de impresoras y dispositivos de imagen, un grupo de trabajo que dirige al máximo nivel en nuestro país Manuel Sastre. Herrero habló con CHANNEL PARTNER sobre los retos que se le presentan al líder incontestable hoy por hoy de impresoras a escala local.
Uno de los segmentos de producto que más se han visto afectados por las guerras de precios han sido en los últimos años las impresoras. Hoy no es descabellado encontrar equipos por menos 50 euros o bundles donde la impresora y el escáner poco menos que se regalan. Ángel Herrero niega rotundamente que este negocio esté pensado para ser sostenido sólo por el consumible. Un modelo de negocio basado en la rentabilidad que deja el consumible no sería factible a medio plazo afirma el responsable, que va más allá y manifiesta que aún todavía hay margen para bajar más los precios debido al efecto combinado de las economías de escala, la optimización de los procesos productivos y la aplicación constante de patentes. Herrero también desvela que en muchos casos el canal rechaza distribuir los equipos más baratos. Ya no estamos en la época en que una inkjet era una novedad.
HP lleva muchos años encabezando las listas nacionales de venta tanto de equipos láser como inkjet, con cuotas que rondan el 50 por ciento. Ángel Herrero considera que es muy complicado mantenerse ahí cuando todos los días están surgiendo nuevas oportunidades para la competencia, como la introducción del color en la empresa, el boom del multifuncional, un sustitutivo claro de las inkjet, o las implicaciones de la foto digital en el ámbito de la impresión. En este punto el directivo considera que el despegue del láser color todavía tardará un par de años en asentarse, aunque ya hay equipos que rondan los 2.000 euros. Este próximo año lo que va a haber es una proliferación muy grande de productos, que se irán agrupando en segmentos. Esto es importante, porque hay que remontarse al año 1990 para encontrar un fenómeno parecido en monocromo. Pero desde que se produce un punto de inflexión en la oferta de los fabricantes hasta que se da un interés real en los clientes pasa un tiempo. Como resultado, y teniendo en cuenta las condiciones actuales del mercado, habrá que darle un par de años más de tiempo a este negocio. No obstante, HP ya adelantó en SIMO dos series de sistemas láser color, las series 2500 y 4600. En los próximos meses habrá productos por debajo de la 2500, que cuesta algo más de 1.200 euros, y, por la parte alta, podremos entrar con algunos productos en reprografía.
Hace unos meses se producía un anuncio que puede cambiar el perfil actual del negocio de impresión para la empresa. Dell y Lexmark firmaban un acuerdo por el que el fabricante de impresoras se convertía en proveedor preferente y fabricante OEM de Dell. Ángel Herrero está tranquilo, por cuanto está convencido de que Dell seguirá vendiendo en España las impresoras que le pida el cliente y porque experiencias anteriores del mismo tipo, como las de Compaq o IBM -el Gigante Azul trabajó con la propia Lexmark-, no tuvieron éxito. Mantenerse en el negocio de la impresión requiere una tecnología propia, pues no sólo se trata de marca, y nadie garantiza que el modelo de Dell sea válido en este terreno. En definitiva, y como muy gráficamente explica Herrero, el movimiento de Dell no cambia la película.


