Sus 1.920 x 1.200 píxeles nativos permiten un escritorio de lujo, capaz de mostrar dos o incluso tres ventanas de aplicación a la vez, algo que permitirá mejorar la productividad. Sólo tiene un pequeño punto negro: su ajuste inicial. Resulta preciso cargar los drivers que ofrece el pack y modificar su completísimo menú OSD, de manera que se obtenga el mejor resultado posible con relación a la tarjeta gráfica. Por otro lado, poniéndola al límite de sus posibilidades, en concreto cuando DisplayMate envía señales con distinta frecuencia y modo de resolución, presenta ligeras interferencias y cambio de color hacia una tonalidad verdosa, cuando debería aparecer gris.
Al margen de un diseño muy cuidado que permite emplazarlo en el salón, mención especial merece su Media Station, una caja que abarca todas las conexiones posibles, incluidas las correspondientes a la señal de vídeo: S-Vídeo, RCA, D-Sub 15, DVI, vídeo por componente… Todas ellas son configurables desde el menú OSD, que ofrece incluso la posibilidad de mezclar distintas fuentes de vídeo a la vez, de tal forma que se puede tener en un recuadro de la esquina superior derecha la señal proveniente de otra entrada, mientras se trabaja con la principal en el resto de sus 23 pulgadas panorámicas.


