El pasado lunes entró en vigor un canon que grava los CD vírgenes con 13 céntimos de euro por hora de grabación. La medida, que aumenta el precio de estos discos un 35 por ciento a partir de este mes, responde al acuerdo alcanzado por la Sociedad General de Autores (SGAE) y los fabricantes de material informático para poner fin al problema de la reproducción ilegal de música en este soporte. La SGAE repite con los CD lo que ya anteriormente hizo con las máquinas fotocopiadoras a consecuencia de la copia pirata de los libros de texto, y es que, según la asociación, entre el 75 y el 80 por ciento de los discos vírgenes que se comercializan en el mercado se destinan a la reproducción de música. Por su parte, Asimelec, sociedad que agrupa a los fabricantes de material informático, rebaja esta cifra a tan sólo un 10 por ciento.
En cualquier caso, las primeras protestas no se han hecho esperar y la Asociación de Consumidores ya ha puesto el grito en el cielo por una medida que considera injusta. Desde este organismo se critica el hecho de que se presuponga que todo lo que se almacena en un CD es música cuando la «tendencia es, precisamente, la contraria», ya que cada vez se almacenan más datos empresariales, trabajos universitarios o fotografías digitales. Por su parte, la Asociación de Internautas (AI) ha emprendido ya acciones contra el canon y aconseja a los usuarios que conserven las facturas desglosadas en la compra de estos productos. Por el momento, la AI ha solicitado al Instituto Nacional de Consumo la nulidad de esta norma por considerarla un «abuso de derecho» y un perjuicio para todos los usuarios que manejan masivamente datos compactos.
Los DVD vírgenes también tendrán un gravamen de 70 céntimos por hora.


