El Fondo Monetario Internacional es optimista en relación a los países de Latinoamérica y espera que la mayoría de los países de la región mejoren sus datos de crecimiento respecto a 2016, a excepción de Venezuela (4,7%) y Puerto Rico. Las grandes economías del continente como México, Chile, Argentina o Colombia aún tendrán el motor gripado este año, pero el siguiente se confirmará el despunte e incluso se iniciará un mayor despegue. Costa Rica (+4% para 2018), Panamá (3,7%), Bolivia (3,7%), Paraguay (3,6%) y Perú (3,6%) serán los países con mayores posibilidades de mejora.
Mejores serán las previsiones para Brasil, inmersa en dificultades financieras y en escándalos de corrupción desde hace dos años, y que ahora arroja una proyección de crecimiento del 1,7% tras el descenso del 3,5% experimentado en 2015.
En opinión de los analistas del FMI, estos vaticinios positivos sólo se cumplirán si la región comienza a subsanar brechas en infraestructura, mejora sus resultados en educación y consigue afianzar el clima de negocios y reducir la corrupción.
La cifra de crecimiento económico en América Latina y el Caribe en 2016 fue la tercera peor en treinta años: se contrajo un 1% después de haberse estancado en 2015. El crecimiento se vio frenado por una débil demanda interna debida a los menores precios de las materias primas, los ajustes fiscales y externos que están en curso en algunos países y otros factores nacionales específicos. Pero esa coyuntura adversa cambiará a finales de este año en el que se alcanzará un crecimiento medio previsto del 1,1% y que aumentará al 2% en 2018.
En otros países exportadores de materias primas, la modesta recuperación de los precios de esos productos proporcionará cierto alivio. Pese a una leve mejora de las condiciones externas, las perspectivas para Chile siguen siendo moderadas, debido a persistentes debilidades internas, por lo que para 2017 se proyecta un crecimiento de 1,7 por ciento.
México será uno de los países que continuará sufriendo los efectos de la recesión y el PIB crecerá hasta el 1,7% casi la mitad de lo cosechado en 2015. La incertidumbre en torno a las futuras relaciones comerciales con Estados Unidos y el aumento de los costos de endeudamiento contrarrestarán holgadamente el impulso positivo derivado del mayor crecimiento de Estados Unidos.


