El Foro ISV, que entre este año y principios del que viene recorrerá las principales ciudades del país, volvió a juntar a proveedores de software con asesorías para analizar la actualización de los sistemas de facturación de las empresas españolas que impone la llamada “Ley antifraude” y la puesta en funcionamiento de Verifactu, sistema para remitir automáticamente las facturas de compañías y autónomos a la Agencia Tributaria.
En un muy animado debate, los participantes en el Foro ISV, que contó con el patrocinio de Adiss, TeamSystem, Wolters Kluwer y Yooz, certificaron que el plazo de adaptación se acaba y que en estos momentos sigue habiendo muchas compañías que no han oído hablar siquiera de unos cambios legales y operativos que deberán estar asumidos por todos el día 1 de enero (para empresas) y a partir del 1 de julio de 2026 (los autónomos). E incluso hay asesorías que tampoco están haciendo los deberes para facilitar este cambio en sus clientes. Hay que recordar que con la “Ley antifraude” y Verifactu Hacienda pretende evitar las dobles contabilidades y la manipulación de las facturas que está detrás de la elusión fiscal. [Tras la celebración de este encuentro, el Gobierno anunciaba el retraso de la entrada en vigor de Verifactu hasta el 1 de enero de 2027].
Roberto Soto, responsable de producto de TeamSystem, reconoció que hay “desconocimiento en el mercado” de estos cambios al día de hoy, tanto entre los clientes finales como entre los despachos profesionales y las asesorías que ayudan a muchas pymes y autónomos a elaborar sus cuentas. No obstante, señaló que en los últimos meses ha notado mucho interés en el tema, lo que explica que algunos webinars informativos organizados por su compañía hayan tenido varios miles de asistentes.
Por su parte, Federico Martínez, strategic partnership manager de Wolters Kluwer, quitó algo del hierro. Y dijo que en Italia este cambio, unido al de la factura electrónica obligatoria, se hizo en un plazo de no más de seis meses, “y no pasó nada”. Víctor Pérez, CEO de Adiss, valoró positivamente el cambio normativo que viene porque va a evitar las dobles contabilidades y porque va a mejorar la operativa de las compañías, y “hará que el papel pase definitivamente a la historia”. Aunque destacó que se habla poco del reto que supone añadir sistemas que certifiquen que quien emite la factura es la persona que dice ser, sobre todo cuando se trata de software en la nube.
Mientras tanto, Mona Floch, EMEA partnership manager de Yooz, habló de las bondades del modelo de transición en Francia, donde este cambio ya ha sido abordado, y donde las empresas tuvieron un periodo de prueba de tres meses en los que pudieron comprobar que todo funcionaba correctamente.

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El despiste de los clientes, según las asesorías
Por el lado de las asesorías, Ana Tanco, CEO de Solfico, que se integra en la red internacional de asesorías iusTime, destacó que hay “poca predisposición de los clientes” a interesarse por los cambios que se les vienen encima con la “Ley antifraude” en lo que al software de facturación se refiere. Y recordó que todavía hay asesorías que facturan con Excel. “Hay asesorías que creen que esto no va con ellas, y que toda la adaptación la debe hacer el proveedor del software”. Aunque también comentó que con la carta que Hacienda envió a principios de noviembre advirtiendo de la llegada de Verifactu, muchos han tomado conciencia de que las cosas van a cambiar.
Neus Pesudo, directora de NPC Asesoría, aseguró: “A ningún cliente le gusta que Hacienda sepa su facturación en tiempo real”. Y Miquel Rey, director general adjunto de Kriter Software, dijo que las empresas “no tienen ninguna gana de entrar en Verifactu”. Y reconoció, resignado, que “vamos tarde y mal, como siempre”. Àlex, Brusi, CEO de Doceo, afirmó que en muchos casos el coste económico es un obstáculo para que las empresas renueven su software de facturación de acuerdo con lo que marca la “Ley antifraude”. Y aseguró que muchas siguen usando el Excel en su día a día.

Aunque en este punto el portavoz de Wolters Kluwer, Federico Martínez, recordó que las actualizaciones de los programas no se cobran a los clientes, por lo menos las de Wolters Kluwer. Por su parte, Jordi Calle, CEO de Geyce, proveedor de software para asesorías, llegó a decir que hay asesores que confían a estas alturas que Verifactu se aplace, algo que nadie en la mesa cree que vaya a pasar. Neus Pesudo, de NPC Asesoría, lanzó un mensaje contundente a las empresas: “O te adaptas o vas a morir. Las compañías no podrán seguir usando Word o Excel”. Mientras que Joan Ramón Sola, product innovation manager de Solitium Control Group, dijo que, a pesar de las formaciones y webinars que empresas como la suya organizan con muchos clientes, “cuando llega el momento de la verdad, a la gente les cuesta dar el último paso”.
También se debatió en el encuentro del Foro ISV de Barcelona sobre si Verifactu será capaz de procesar convenientemente los millones de registros de factura que le remitirán las empresas y autónomos de todo el país a partir de ahora. Sonia Egea, directora comercial de Geyce, dudó de la capacidad de la Agencia Tributaria en este sentido.

Sin embargo, Roberto Soto echó manos de la propia Agencia Tributaria, que en verano solo había procesado 300.000 registros de factura, y que a finales de marzo ya había alcanzado la cota de los 14 millones. Para Manel Caballero, CEO del proveedor de software Esofitec, la Agencia Tributaria superará el reto porque ya le fue bien cuando entró en funcionamiento el Sistema Inmediato de Información (SII). “Hacienda se tragará perfectamente todos los registros”, abundó.
¿Verifactu sí o Verifactu no?
Al menos en un primer momento, y hasta que no haya ningún cambio normativo que diga lo contrario, empresas y autónomos podrán elegir entre enviar sus facturas a Hacienda de forma inmediata a través de Verifactu o almacenarlas por si la autoridad fiscal las requiere en algún momento. Es decir, el 1 de enero Verifactu será opcional. La recomendación generalizada de proveedores de software y asesorías es que las empresas opten por Verifactu. Es el caso de Iván López, director de servicio en el área de contabilidad de Adlander, una asesoría con más de 3.000 clientes. “De ‘no Verifactu’ ni hablamos a nuestros clientes”.
En esta línea se manifestó Samuel Durán, del área comercial de Beroni, un especialista en software para agencias de viajes. Víctor Pérez, de Adiss, también terció en este punto y recordó que en el mercado predomina la idea de que la Agencia Tributaria “irá a por los que no comuniquen por Verifactu”. “Los inspectores verán quién no usa Verifactu y esas serán las empresas que estarán en el ojo de Hacienda. Nos lo han dicho los propios inspectores”, reconoció también Lorena Gaig, responsable del departamento IT de la asesoría AF Tax&Legal.
“Verifactu es automatizado completamente y yo lo recomiendo sin duda. Y lo recomiendo sobre el SII. Con Verifactu las empresas no tendrán tareas extra a la hora de recopilar información, como pasa en el SII”, explicó Jordi Calle, de Geyce. Una opinión que fue secundada por Roberto Soto, de TeamSystem. “Nosotros recomendamos ir a Verifactu de cabeza”, contó de forma muy gráfica Federico Martínez, de Wolters Kluwer.
Falta de divulgación del Gobierno
Víctor Pérez, CEO de Adiss, fue especialmente crítico con la ocasión perdida para avanzar en la automatización contable. Recordó que con Ticket Bai todos los actores “entraron por el aro” y lamentó que la nueva ley no vaya a implicar “la digitalización de los procesos de contabilidad”. Además, Pérez mencionó que uno de los aspectos que genera gran controversia es que el SII no está conectado con Verifactu y que ambos sistemas siguen siendo entornos separados. Jordi Calle, de Geyce, dijo que su esperanza es que, en dos o tres años, ambos queden estandarizados con el IVA europeo.

Los asistentes también hablaron de las oportunidades que han generado otros programas impulsados por la Admnistración, como el Kit Digital, dirigido a promover la modernización y digitalización de cientos de miles de pymes y autónomos de todo el pais. Y aquí las opiniones fueron muy dispares. Por un lado, Manel Caballero, de Esofitec, habló del programa en términos muy positivos. En el lado contrario, Ana Tanco, CEO de la asesoría Solfico, sostuvo que fue “un desastre total”.
La falta de divulgación y de comunicación por parte de la Administración respecto al impacto y las obligaciones que imponen la “Ley antifraude” y Verifactu también generó debate. Roberto Soto, de TeamSystem, dijo: “En otros países la labor de divulgación ha funcionado muy bien, como en Italia o Portugal, donde el Gobierno ha llegado a ofrecer incentivos”.
Federico Martínez, de Wolters Kluwer, quiso poner en valor el esfuerzo desarrollado por Agencia Tributaria a través de figuras como la de Javier Hurtado, de quien dijo que “es el impulsor de Verifactu”, y que estos meses se ha multiplicado para estar en todos los foros de los fabricantes.
Jordi Calle, de Geyce, consideró que la Administración sí ha difundido información, pero que “las empresas no están utilizando el mismo canal de comunicación”. Por su parte, Miquel Rey, de Kriter Software, explicó que “en Italia puedes pasarte a la factura electrónica, pero te dan la opción de hacer autoliquidaciones de impuestos”, algo que, según dijo, ofrece más margen para dedicarse a otros aspectos del negocio.
El papel de las asesorías está cambiando
Al hablar del papel de las asesorías, surgieron coincidencias y discrepancias entre los asistentes. Federico Martínez, de Wolters Kluwer, fue tajante al afirmar que “el rol del despacho ha cambiado”, añadiendo que ahora deben ejercer un papel consultivo y preventivo más allá del trabajo tradicional. No obstante, varias asesorías insistieron en que los fabricantes les están trasladando responsabilidades que no deberían asumir. Ana Tanco, de Solfico, lo recalcó: “Las empresas dedicadas a software de facturación nos están trasladando una responsabilidad que no nos corresponde”.
Víctor Pérez añadió que los fabricantes deben “hacer de la necesidad virtud” y que las asesorías “se han convertido en agentes digitalizadores a la fuerza”, algo que debería traducirse en nuevos servicios y modelos de cobro para las asesorías. En esta línea, Neus Pesudo, de NPC Asesoría, defendió que los clientes deben entender el esfuerzo y el tiempo empleado por las asesorías para dar estos servicios, y que los clientes deben ser educados en este cambio. Por su parte, María Durán, de Entre Trámites, advirtió del reto idiomático con su cartera de clientes extranjeros, y señaló que “no muchos programas de software utilizan el inglés”, lo que limita las posibilidades de esta asesoría.

Sobre el trabajo conjunto entre fabricantes y asesorías, diversas voces enfatizaron la importancia de la colaboración. Federico Martínez, de Wolters Kluwer, recordó que su compañía “ofrece cursos para asesores” y que el cliente confía en el fabricante para cuestiones funcionales, pero también en la asesoría para resolver dudas de negocio. Roberto Soto, de TeamSystem, remarcó que su compañía trabaja con más de 2.000 asesorías con las que está desarrollando multitud de talleres y eventos para dar a conocer la nueva normativa. Adiss, por su parte, trabaja con más de 1.000 asesorías en las que confía para trasladar su apuesta en el mercado. Mientras que Mona Floch, de Yooz, indicó que el 30% de sus ventas en España se hacen a través de canal.
¿Qué va a pasar a partir del 1 de enero?
El debate se cerró sobre los posibles tiempos de gracia que dará Hacienda a las empresas a partir del 1 de enero, y sobre la llegada de las primeras sanciones a las compañías que no cumplan con la “Ley antifraude”. La asesoría García López consideró probable que Hacienda conceda “un trimestre de adaptación”. Mientras que Roberto Soto, de TeamSystem, apuntó que al principio “Hacienda será laxa”, aunque dependerá del volumen de registros. “Si ven que el volumen de registros es insuficiente tomarán nuevas medidas”, aventuró.
Por su parte, Federico Martínez, de Wolters Kluwer, aseguró que desconoce el criterio que va a seguir la AEAT si se incumple la ley, pero lo que está claro es que las empresas deberán subir “sí o sí” una copia de los datos fiscales a la plataforma de la Agencia Tributaria, o bien si se acogen a Verifactu o bien cuando entre en vigor la facturación electrónica.
La gestión de certificados digitales también fue mencionada como otro de los puntos clave donde poner atención por parte de los proveedores de software. En este sentido, Víctor Pérez, de Adiss, señaló que los proveedores deberán convertirse en colaboradores sociales y garantizar que los clientes puedan “subir su certificado digital a la plataforma para descargarse las facturas”. Además, en su opinión, los proveedores van a tener que hacer un esfuerzo evidente en relación a la identificación digital de las compañías.
En esta línea, Jordi Calle, de Geyce, alertó de que ahora mismo un software en la nube no se comunica con un certificado en local, por lo que el sector debe avanzar hacia soluciones más innovadoras para garantizar la comunicación entre todos los actores.








