A medida que las organizaciones implantan nuevos servicios o instalan nuevas estaciones de trabajo para aumentar la productividad y automatizar los procesos de sus operaciones, también buscan formas más eficientes de administrar las redes y sistemas personales que las conforman. La teoría, ésa que el distribuidor ha de comprender, está clara. Microsoft tiene en sus manos las herramientas para ponerla en práctica. Windows Server proporciona un gran número de nuevas funciones diseñadas para facilitar a las organizaciones la administración de la red y disminuir así los costes que se derivan de la misma. Una tarea que se ve mejorada con la incorporación de Windows XP Professional en los puestos de trabajo de la empresa. Desde luego, no todas las organizaciones tienen el mismo nivel de complejidad. En este caso, el escenario correspondería sobre todo a medianas y grandes empresas con problemas de magnitud y control de recursos (políticas de permisos y accesos, asignación de pasarelas y control de paso, etc.). Microsoft Management Console es la respuesta a la necesidad de los administradores de sistemas de visualizar las funciones de red y utilizar las herramientas administrativas desde una única consola. En torno a ella surgen las tres apuestas de Microsoft para resolver los citados contratiempos. Se trata del uso del Directorio Activo, la tecnología IntelliMirror y de la creación y ejecución de políticas de uso y administración del sistema.
La primera de las herramientas de Microsoft queda incluida dentro de Windows Server y viene a ser el fundamento administrativo del sistema. Esto es, el servicio central que permite a los administradores organizar recursos de red, gestionar a los usuarios, equipos y aplicaciones y, por último, asegurar el acceso de red a las intranets e Internet. El ahorro de costes administrativos y de hardware está relacionado con el hecho de que cada vez son más las aplicaciones distribuidas que se aprovechan de las ventajas de esta herramienta, de tal forma que los clientes no tienen que implementar y administrar servicios de directorio específicos para sus programas.
Se trata de otra tecnología más proporcionada por Windows Server con capacidad para reducir costes. Ello se consigue a través de la implantación y mantenimiento del software en las estaciones de trabajo desde un servidor basado en la plataforma de Microsoft. Como sistema caché inteligente permite una sincronización centralizada que refleja los datos, las aplicaciones y las preferencias del usuario, permitiéndole trabajar en diferentes ordenadores que corran sobre Windows 2000 Professional o Windows XP Professional. Se incrementa de esta manera la disponibilidad del PC. La ventaja para los administradores reside en la capacidad para que puedan actualizar las aplicaciones e intervenir en los sistemas de manera automática, así como reemplazar las máquinas obsoletas.
Para aquellas organizaciones que disponen de entornos formados por una gran cantidad de servidores distribuidos, Microsoft se reserva otras herramientas de administración que pueden complementar a IntelliMirror y la instalación remota del sistema operativo a través de Systems Management Server. Se trata de herramientas de planificación, que sirven para el desarrollo de planes que ayudan a comprender el entorno, a realizar auditorías o a supervisar y limitar el uso de aplicaciones; herramientas de distribución, para la programación y sincronización de la distribución del software en equipos basados en Windows; y, por último, herramientas de diagnóstico, con el fin de que el administrador pueda gestionar equipos de escritorio y servidores sin necesidad de realizar visitas a cada puesto.
Finalmente, otra inteligente forma de agilizar la gestión de múltiples servidores distribuidos la proporciona Microsoft Operations Manager, producto perteneciente a la familia de servidores .Net.
La administración basada en políticas no es otra cosa que la automatización de tareas tales como actualizaciones de sistemas operativos, instalación de aplicaciones, perfiles de usuarios y el bloqueo de los escritorios de los puestos de trabajo. Partiendo de la idea de que la distribución de software basada en el concepto de política de grupo pretende la simplificación de la administración del software a lo largo de toda su vida útil, Microsoft se apoya en tres criterios. El primero tiene que ver con la asignación de aplicaciones a los usuarios. En este caso la aplicación siempre aparecerá en el menú de inicio, independientemente del equipo en el que se haya conectado el usuario. El segundo de ellos queda ligado a la asignación de aplicaciones a equipos. Es el caso de los programas que son utilizados por todos los usuarios que trabajan en un mismo equipo (Ej software antivirus con licencia asociada al puesto). El último de los criterios está relacionado con la publicación de aplicaciones. Éstas no aparecen en el menú de inicio y han de ser instaladas manualmente mediante las opciones Agregar o Quitar programas que residen en el Panel de Control. Se puede optar por esta publicación de aplicaciones cuando no todos los usuarios de un sitio, dominio o unidad organizativa necesiten la aplicación, pero ésta pueda resultar útil para algunos de ellos.


