Mientras la tecnología LED, representada aquí por OKI, ya ha sido adoptada por otras marcas, Xerox cuenta en estos momentos con un mecanismo totalmente exclusivo basado en pastillas de tinta sólida que se sitúa entre medias de la impresión láser y chorro de tinta. Phaser 860DP viene a ejemplificar este sistema mediante un pequeño pero pesado aparato que, pese a ser poco accesible, resulta muy fácil de manejar. Presenta tan sólo una bandeja de entrada, pensada para admitir hojas de tamaño A4, y una de salida, en la parte superior del dispositivo. Tras ésta se hallan las cavidades reservadas para las pastillas de color, compuestas por resinas atóxicas y formando el espectro CMYK. Esta estructura proporciona a la recarga gran comodidad y limpieza.
La unidad arrojó en el examen práctico unas tasas notables tanto en color como en blanco y negro, si bien en esta modalidad se perciben desajustes y alguna sombra. Llama la atención la viveza de los tonos conseguida gracias al brillo de la tinta sólida. Además, la correcta calibración de esta impresora le permite reflejar cada color sin influir en los de alrededor.
Asimismo, al entrar en funcionamiento, Phaser 860DP sorprende por dos aspectos por un lado, prohibe el acceso al cajón de mantenimiento, justificando esta medida por las altas temperaturas alcanzadas durante el proceso; por otro, la opción dúplex se comporta de manera inusual (expulsa la hoja casi hasta el final antes de absorberla para seguir imprimiendo por la otra cara) y presenta la ventaja de ahorrar espacio en el escritorio.
Finalmente, además de imprimir transparencias en soporte Xerox, el dispositivo produce excelentes trabajos en papel fotográfico. Y, contra lo que cabría esperar, su coste es bastante ajustado e incluye alicientes como la garantía de tener la tinta negra gratis de por vida.
