Quizás sea un exceso literario, pero la realidad se va aproximando. En los últimos años se están produciendo una serie de innovaciones tecnológicas que van a transformar la forma en que las empresas analizan la información para la toma de decisiones. Para empezar, las necesidades de información de las empresas están cambiando. Son las tres uves que afectan a los datos: volumen, velocidad y variedad.
Estos nuevos requerimientos están poniendo mucha presión en el planteamiento tradicional de los datawarehouses. Bajo este planteamiento tradicional las empresas no pueden experimentar con grandes volúmenes de datos (es muy costoso y consume mucho tiempo asumiendo mucho riesgo sobre esa experimentación), no son flexibles y tardan mucho tiempo en contestar a nuevas peticiones por parte de los usuarios que deben tomar decisiones en cuestión de horas o a lo sumo días.
Y por último, están diseñados para analizar sólo información estructurada y previamente «precocinada» para dar un buen rendimiento pero están dejando a un lado nuevas fuentes de información (información no estructurada procedente del e-mail, de posts de las redes sociales o de información empresarial que está fuera de la empresa, en Google Apps, Office365, SalesForce, Google Analytics, etc).
Sin embargo, el cloud computing ha venido al rescate de estas necesidades. Y así en los últimos dos años han surgido servicios cloud que intentan dar respuesta a estas necesidades. Por el lado de los datos han surgido servicios como Google BigQuery basados en MapReduce que es capaz de manejar tablones de información por encima de los 500 millones de filas y que su puesta en marcha se puede hacer en cuestión de horas, ahorrándose las empresas la necesidad de una infraestructura costosisima, con un rendimiento espectacular y bajo una filosofía de pago por uso.
Lo mismo está ocurriendo desde el lado de las herramientas de BI; están surgiendo actores cien por cien cloud (como BIME) con una arquitectura basada en base de datos en memoria que se conectan con todo tipo de información on-premise o información existente en otras «nubes» (con el mismo Google BigQuery o con Amazon Redshift) estructurada o no estructurada, que permite una flexibilidad y agilidad tremenda a la hora de analizar la información. Ahora las empresas pueden dar respuesta al reto de las tres UVES con lo que Forrester ha llamado «agile BI«.


