Los discos de estado sólido: el futuro del almacenamiento de datos

José Carlos Sánchez Ramirez, fundador de Solid Blue y CEO de Core Systems

Publicado el 09 Feb 2015

Jose Carlos Sánchez, fundador de Solid Blue
Jose Carlos Sánchez, fundador de Solid Blue

Unos 240.000 millones de dólares es la cifra que estiman los analistas que las empresas van a tener que invertir en cambiar todos sus dispositivos de almacenamiento, ya que, inevitablemente, tendrán que migrar su información a equipos de almacenamiento basados en discos de estado sólido (SSD) en los próximos cuatro años.

Los últimos datos apuntan que la irrupción de los SSD en el mercado ha supuesto un punto de inflexión en el sector y un hito clave en la historia de la tecnología en los últimos tiempos. Los expertos han concluido que las empresas especializadas en almacenamiento que no ofrezcan soluciones basadas en SSD cerrarán en los próximos años ya que la demanda es cada vez en mayor y el mercado así lo exige.

Se trata de un sector en pleno auge que cada año factura en el mundo una media de 70.000 millones de dólares, generando unos beneficios de alrededor de 23.000 millones. Concretamente, en los últimos cuatro años ha crecido un 33,7% y la previsión es que no sólo se mantenga sino supere esta tendencia.

Este cambio drástico se debe a que los discos de estado sólido ofrecen unas prestaciones muy superiores a las que pueda ofrecer un sistema de almacenamiento tradicional, sistemas que, desde hace 10 años, sólo han crecido en capacidad, pero no en rendimiento. Los SSD, en cambio, son hasta 4 veces más rápidos y pueden realizar hasta 250 veces más de operaciones por segundo, lo que supone una gran ventaja competitiva para las organizaciones que dispongan de ellos.

Ante esta situación, muchos fabricantes han optado por ofrecer soluciones de almacenamiento híbridas que combinan arrays tradicionales con discos de estado sólido. Esto se traduce en una desventaja, ya que de esta manera sólo es posible conseguir un incremento del rendimiento del 20%, cuando utilizando “all flash array” (arrays con todos los discos SSD) se obtiene un cien por cien de utilización de los discos.

Además, los discos de estado sólido son capaces de saturar los arrays tradicionales por lo tanto, para disponer de un sistema de almacenamiento eficiente y duradero, es preciso contar con soluciones diseñadas desde cero, sacando así el máximo rendimiento.

En el mundo, pocas han sido las empresas que, conscientes de esta revolución y de la necesidad de evolución, ya están desarrollando y ofreciendo soluciones completas SSD. Principalmente en Estados Unidos donde cuatro empresas son las precursoras del cambio, Pure Storage, Nimbus Data Solid, Fire y Violin, recibiendo rondas de inversión superiores a 440 millones de dólares.

En España, por su parte, aunque la inversión aún sea tímida, también han nacido algunas empresas pioneras que, adelantándose al futuro del almacenamiento de datos, han comenzado a seguir la tendencia que está triunfando al otro lado del océano. La tecnología flash para el almacenamiento de datos, el tiempo de respuesta, la no generación de calor, la ausencia de ruido y el menor consumo de energía eléctrica son sólo algunas de las ventajas que han empujando a la tecnología SSD a imponerse en el mercado, marcando un antes y un después y convirtiéndose, con toda probabilidad, en la única alternativa viable que quede en los próximos años.

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