Por José Miguel Rodríguez, socio-director de E-Quatium
En contra de la opinión de los más escépticos, creo que la misión del canal de distribución dentro de la economía no sólo es importante, sino crítica. No debemos ir muy lejos para reflexionar sobre la importancia de los canales de distribución en cualquier economía desarrollada, ó ¿ acaso hemos olvidado lo que sucedió hace un año con el asedio que todos provocamos en gasolineras, supermercados y grandes superficies cuando entró en huelga el sector del transporte? Para tomar perspectiva sobre la dimensión del canal TIC he aquí algunas cifras:
El canal informático y de comunicaciones en España está formado por cerca de 14.000 empresas que emplean más de 190.000 trabajadores, representando el 1% del total de la fuerza laboral del país, y con un volumen de negocio anual superior a 18.000 millones de euros. El 90% de estas empresas son pymes con un número medio de trabajadores inferior a trece.
Desde hace algunos años nos venimos interesando de forma especial por el canal y por ello recientemente hemos concluido una ronda de conversaciones con una representación de empresas que forman parte de la Comunidad Virtual Profesional Online del Canal TIC español, gestionada y administrada por e-Quatium, donde hemos comprobado cómo los problemas financieros han comenzado a impactar fuertemente en términos de falta de liquidez.
Y es que, en el lado del usuario final, ¿cuántos proyectos de TI terminan en la administración pública? Una gran parte de la tecnología que se vende en nuestro país tiene como finalidad ese macrosector y, por este motivo, es mucho más útil, efectivo y sostenible inyectar liquidez en la cadena de suministro tecnológico si las administraciones (Gobierno central, comunidades autónomas, entidades regionales y locales) reducen sus plazos de pago desde los tradicionales 180 días a 30 días, con el fin de evitar el ahogo financiero de miles de empresas del canal TIC generadoras de demanda interna en nuestra economía.
El perfil de proveedor de la administración pública no se corresponde con el de pymes o micro-pymes, sino con el de grandes corporaciones que paralelamente alimentan de negocio a las pequeñas, en la mayoría de los casos con subcontrataciones para el desarrollo e implantación con grandes despliegues geográficos. Las corporaciones son pues el primer eslabón que sufre los pagos dilatados de las AAPP, y una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, siendo en este caso las pequeñas empresas.
Rescatar entidades bancarias, aumentar las garantías de los ahorros particulares, inyectar miles de millones de euros en los sistemas financieros y todo tipo de medidas de salvamento encaminadas a tal fin pueden resultar muy costosas e ineficientes comparadas con lo que supondría reducir los plazos de pago desde las AAPP a sus proveedores.
En este contexto, desde e-Quatium emplazamos a la Administración Pública española a potenciar el desarrollo económico del mercado tecnológico dotando de capacidad a las empresas con base tecnológica con algo tan básico y singular como “acortar sus plazos de pago”. De esta forma se conseguirá revitalizar la base de este mercado, motor de nuestra economía en los próximos años, sustentando así el tejido empresarial y garantizando la supervivencia de miles de empresas que no son culpables más que de su simple existencia en un contexto financiero mundial ineficiente



