En España faltan entre 25.000 – 30.000 profesionales TIC para cubrir la demanda o Las empresas tienen cada vez más problemas para encontrar profesionales del sector de las TIC, eran titulares que podíamos leer repetidamente en informes y prensa escrita hace relativamente poco, y que en los últimos años, debido el contexto de crisis, habían pasado a un segundo plano. Pero se trata de un problema estructural que parece que se vuelve a reabrir, y que afecta tanto a España como al resto de Europa.
¿Por qué existe una demanda creciente de profesionales y, al mismo tiempo, una disminución del interés de los jóvenes por las profesiones relacionadas con el sector TIC? ¿Qué ha provocado una reducción de los titulados universitarios, y lo que es peor, también de la demanda (matriculaciones de nuevo ingreso) en la titulaciones universitarias en el ámbito de las TIC (entre el 40% y el 50% entre los cursos 2003-2004 y 2007-2008)? Sin lugar a dudas es un fenómeno peculiar en la medida en que se trata de carreras universitarias en las que los egresados tardan menos de 4 meses en encontrar su primer empleo, y en las que es habitual que un gran número de estudiantes compaginen estudios con trabajo en los últimos cursos de la carrera. La paradoja es que dicha evolución se está dando mientras la sociedad cada vez está más informatizada, y por ende, depende cada vez más de las tecnologías. El panorama no es alentador, más aún cuando la competitividad de las empresas y las economías se basa de forma importante en mejoras de la productividad, y tal y como recogen estudios recientes de la Comisión Europea, la mitad del crecimiento de la productividad conseguido en los últimos 15 años ha sido debido a mejoras en las TIC. Existen diversas causas que podrían explicar la caída de interés en titulaciones TIC: sueldos que en los primeros años de contratación son percibidos como bajos en relación al nivel de exigencia de la profesión; tendencia de las empresas a igualar a profesionales de distinto nivel (conviven titulados en FP con titulados universitarios); percepción de que son carreras que requieren de un gran esfuerzo; falta de regulación de la profesión, así como una escasa visibilidad pública de este colectivo, podrían ser algunas.
Reconducir esta tendencia es indispensable si queremos que nuestra economía mejore su competitividad. Y para ello administraciones, empresas y universidades debemos actuar conjuntamente. Por supuesto, lo que se haga hoy no generará resultados hasta el medio o largo plazo. Es por ello que hay que actuar ya, pues cada día que pasa sin hacer nada, es un día que llegamos tarde.
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