Siempre negativo, nunca positivo

La celebérrima frase de Louis Van Gaal, el que fuera carismático entrenador del Barcelona, es un axioma que se cumple a pies juntillas…

Publicado el 05 Sep 2008

Siempre negativo, nunca positivo

La celebérrima frase de Louis Van Gaal, el que fuera carismático entrenador del Barcelona, es un axioma que se cumple a pies juntillas no sólo en el mundo del periodismo deportivo, sino también en el nuevo fenómeno de la Red. A ver sino cómo se explica que en todas las webs de medios de actualidad las noticias más vistas siempre tengan un claro sesgo negativo frente a las que dan buenas nuevas. El podium de la actualidad de la Red global siempre lo lideran noticias que incluyen en sus titulares la palabra crisis, desaceleración, suspensión de pagos o caída en Bolsa. Por el contrario, las referencias a beneficios, apariciones de nuevas empresas, mejora de los ingresos o aperturas de nuevas divisiones, están condenadas a ocupar posiciones de descenso. Todas estas consideraciones vienen a colación del irresuelto dilema en torno a si son los medios los que pujan por endurecer los titulares con los términos más dañinos o si es el receptor o lector el que discrimina y da prioridad a las informaciones más adversas. Frente a la desaceleración económica que estamos pareciendo –noten el acento en desaceleración- muchos fabricantes de la industria de tecnologías de la información solicitan a sus distribuidores y clientes calma y paciencia ante el devenir de los acontecimientos. Pero sobre todo les piden que relativicen la información aparecida en los medios o, como ha llegado a decir el responsable de uno de los principales fabricantes de la industria “que hagan caso omiso” a lo que reflejan los papeles digitales o impresos. Sin entrar en cuestión de si esta afirmación representa un ejercicio de responsabilidad coherente, lo cierto es que en el arranque de todos los periodos de deceleración económico los canales de distribución son los menos afectados porque los proveedores descargan sobre sus partners la tarea de dar salida a todo el inventario para, de esta forma, poder cumplir con sus previsiones de crecimiento y mantenimiento de la cuota de mercado. El riesgo de todo esto es que los almacenes se llenen y que el fabricante no cubra la obsolescencia del producto dando paso a la tan temida sobredistribución, una realidad que, según algunos mayoristas, ya se está produciendo. No interesa pues al fabricante que sus distribuidores se duerman en los laureles atendiendo a las llamadas de alerta que realizan los medios, ¿cierto?

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