Tres reglas de oro para gestionar la nube híbrida

Ignacio Martín, director de canal de EMC España

Publicado el 13 Feb 2014

Ignacio Martín, EMC
Ignacio Martín, EMC

Desde hace tiempo ha prevaleci­do la creencia de que las pe­queñas y medianas empresas, especialmente las organizacio­nes de menor tamaño, obtenían más ventajas de las soluciones de nube pública. En un principio, podríamos afir­mar que las infraestructuras de cloud pri­vada –y aquí comienza la discusión– son excesivas para las empresas pequeñas.

Como requieren determinado grado de equipamiento on-premise (en las instala­ciones del cliente) y experiencia dentro de la casa, se convierten en una carga para los recursos de la organización, todo lo contrario de lo que el concepto cloud pre­tende ofrecer. A medida que la adopción de la nube sigue su curso, algunas empre­sas comienzan a darse cuenta de que cier­tas infraestructuras de nube privada po­drían merecer la pena. Después de todo, la información es el activo más importante de una organización, de modo que dispo­ner de una parte (los datos más críticos o sensibles, por ejemplo) alojados interna­mente y gestionados por personal técnico no es mala idea.

Es por este motivo que la nube privada comienza a ser considerada y reconoci­da como una propuesta de valor real para este segmento. El canal puede encontrar una de las mayores oportunidades de ne­gocio en torno a la nube híbrida, sin em­bargo deben tener muy en cuenta estas tres reglas de oro:

1. Centrarse primero en una estrategia de nube privada

Las propuestas de cloud híbrida no pue­den desplegarse hasta que las pequeñas y medianas empresas aprecien el valor de la nube privada. Ayudando a los poten­ciales clientes a encontrar la solución de nube privada más adecuada para ellos, el canal contribuirá a sentar las bases de proyectos de nube híbrida.

Existen tres opciones para desplegar una solución de nube privada:

a. Crear tu propia solución a partir de tecnologías de diferentes proveedores.

b. Crear una solución a partir de di­ferentes infraestructuras convergentes (VCE es el mejor ejemplo).

c. Implementar una infraestructura pre­configurada por un partner como, por ejemplo, VSPEX, que ya llega prevali­dada desde EMC.

Cada opción tiene sus ventajas, pero desde el punto de vista de una pequeña o mediana empresa, con presupuestos reducidos, las opciones ‘b’ y ‘c’ son las que tienen más sentido. Además, permi­ten un despliegue mucho más rápido.

2. Elegir los partners adecuados de nube pública

La importancia de este punto no debe ser pasada por alto. El integrador necesita­rá mantener una relación continua con el proveedor de cloud pública y mediar en nombre del cliente. Es una obligación para él tra­bajar con el part­ner de cloud pú­blica para habili­tar una red de co­municaciones ex­celente y un acuerdo de nivel de servicio (SLA) sólido. Así, se garantizará la provi­sión óptima y dinámica de servicios a los clientes. En este sentido, los integradores también deben garantizar que los datos de estos clientes se borrarán de sus ba­ses de datos como corresponde si deci­dieran cambiar de partner en cualquier momento.

3. Ser consciente de las limitaciones

Es importante que los resellers no permitan que la ambición supere a sus competen­cias. Deben ser cautos y ofrecer únicamen­te aquellos servicios que saben que pue­den prestar óptimamente. Antes de poner una oferta de nube híbrida sobre la mesa, lo primero es analizar qué pueden propor­cionar y qué no.

En el momento actual, la nube públi­ca y el canal están todavía en los albo­res de su relación, pero ya existen seña­les inequívocas de que esta incipiente re­lación está progresando a buen ritmo. Por ejemplo, iniciativas como ArrowSphere se han desarrollado para hacer más sencillo que nunca el aprovisionamiento de ser­vicios cloud para el canal. ArrowSphere es un portal desplegado por el mayorista Arrow que funciona como una tienda di­gital de servicios en la nube, simplificando a los resellers contactar con proveedores de nube pública y privada y, de este mo­do, adaptarse mejor a las necesidades del cliente final. Plataformas de este tipo juga­rán un papel crucial en la labor de ayu­dar al canal en su adaptación al mundo cloud y plantear a sus clientes propuestas tecnológicas de gran calado. Los mode­los de nube híbrida avanzan terreno día a día. En mi opinión, la combinación de costes bajos y predictivos de los servicios cloud, unido al control y tranquilidad pre­sentes en infraestructuras on-premise, da lugar a un planteamiento muy convincen­te. La clave ahora es centrarse en desarro­llar las bases para soluciones de nube hí­brida que destaquen frente a la oferta de otros distribuidores de la competencia y desarrollar su propuesta única de valor.

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Redacción Channel Partner

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