En mayo todo han sido prisas. Y es que los parones que se producen en verano, Navidad y Semana Santa obligan a los profesionales del sector a concentrar todos sus convocatorias y reuniones prácticamente en unos pocos meses. Que esta actividad, que se prevé también frenética en junio, sea consecuencia de una mejora en los libros de cuentas de los fabricantes y canales es algo todavía difícil de decir. Sin embargo, hay datos esperanzadores y que muestran ciertamente que la informática sale del hoyo en que cayó durante 2002 y 2003. Aetic, con el retraso preceptivo de medio año, anunció hace unas semanas que el macrosector de las TIC rozó un crecimiento en 2004 del doble dígito (9%). Aunque es verdad que lo que más tiró del volumen de ventas fueron los servicios y equipos de telecomunicación (un 15 y 16% de crecimiento, respectivamente), y que las TI sólo avanzaron un modesto 5%, el paso es importante. Efectivamente, si se mira para atrás este guarismo gana brillo, pues las TI cayeron un dramático 7% en 2002 y sólo dieron un milimétrico paso adelante al año siguiente, con un crecimiento del 0,9%. Por lo que cuentan los profesionales, que han aceptado con pragmatismo que efusiones como las de la burbuja tecnológica suceden una vez cada mucho tiempo, es probable que la actividad genere en los próximos años entre el 5 y 10% de crecimiento, lo que habla de la madurez de las nuevas tecnologías. No obstante, como ha advertido Jesús Banegas, presidente de la patronal, «crecer por debajo de los dos dígitos es poner en duda nuestra convergencia europea». A la frase Banegas, sin embargo, hay que hacerle algún matiz. El proceso de convergencia con los países del norte, una de las máximas de los gestores económicos de este país desde hace más de un siglo, está en una etapa muy distinta según se mire a las comunicaciones o la informática. Si nuestro país es uno de los que más abiertamente ha adoptado el teléfono móvil, está en las últimas posiciones del continente en cuanto al ratio de penetración de PC y el e-business brilla por su ausencia en el ámbito empresarial (EITO y Aetic dixit). No obstante, hay que señalar que esto, que siempre se ha visto como un peligroso desequilibrio, puede ser un atajo para conseguir la anhelada convergencia. Como decía hace poco un responsable de Microsoft, que catalogaba la telefonía móvil como un «entorno dulce», a nadie hay que explicarle para qué sirve un teléfono o las ventajas de tener correo móvil.
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