En 2002 se vendieron en España en torno a 7 millones de DVD pirateados, el 15 por ciento de la producción nacional. El año pasado también, la piratería en el mercado audiovisual movió 2.000 millones de euros en España. Estos datos remitidos por la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (FAP) ilustran a la perfección el escalofriante problema al que se enfrentan tanto la industria discográfica en general como los pequeños comerciantes, que ven caer sus ingresos ante un problema cada vez más acuciante. En este punto, y ante las continúas protestas llegadas de todos los ámbitos de la sociedad la Policía Nacional se ha puesto manos a la obra para acabar, o al menos intentarlo, con la venta de discos ilegales. Durante este año, la Policía ha llevado a cabo diversas redadas en ciudades como Barcelona, Sevilla y Madrid que se han saldado con la desmantelación y detención de los responsables de grandes redes que se dedican a copiar y a distribuir este material en nuestro país. La última de ellas, y quizás la más importante en cuanto a número de implicados y participantes, se realizó el pasado martes en Barcelona. Como resultado de dicha acción, el mayorista Grupo CD World y otras sociedades participadas por esta firma han sido acusadas de distribuir tecnología ilegal en el mercado. Concretamente, CD World era vinculado a las bandas de falsificadores por ser el proveedor de las 950 grabadoras incautadas de su marca Rimax, sociedad participada por esta compañía.
Como respuesta a esta acusación, el Grupo CD World ha remitido varios comunicados de prensa en los que se ha apresurado a desmentir todos las imputaciones y a aclarar que su actividad comercial ha sido clara y legal durante los más de diez años que lleva en el mercado.
La compañía también ha tachado como falsas diversas informaciones publicadas en distintos medios de comunicación y que hacen referencia a la detención de 14 empresarios y directivos de las diversas empresas objeto de investigación. Así, en dicho comunicado la compañía expresa lo siguiente: «Fuentes del Juzgado de Instrucción número 2 de Barcelona han precisado que no se practicó ninguna detención (en referencia a lo sucedido el pasado 1 de julio). Las personas que estaban en las empresas fueron conducidas a comisaría, pero en ningún caso fueron detenidas y por tanto no pasaron a disposición judicial ni fueron dejados en libertad con cargos».
En lo que respecta a los 950 grabadoras incautadas, y que, según la Policía, han sido introducidas en nuestro país por la compañía, el mayorista reivindica una vez más su inocencia y concluye con lo que a continuación se reproduce: «CD World nunca ha dirigido su actividad a la distribución de grabadores industriales de vídeos y CD entre bandas especializadas en la venta de música y películas falsificadas, puesto que es un hecho demostrable que sus únicos clientes pertenecen al canal informático de venta a minoristas y grandes superficies».
Además, la compañía añade que frente a lo que se ha divulgado, Rimax, en ningún caso ha importado CD alguno de forma ilegal, y, a mayor abundamiento, nunca ha introducido, legal o ilegalmente, ningún CD procedente de Taiwán.
