El nombramiento del directivo francés, que en enero pasado sustituía a Jaime Soler al frente de la filial, venía a poner punto final a la profunda reorganización que llevó a cabo la dirección europea de Ingram al detectar serios problemas de gestión a escala local y la existencia de líneas de negocio muy poco rentables durante el año 2002. El motivo de la comparecencia de Meyer no fue otro que el de dar a conocer los detalles del acuerdo al que ha llegado Ingram con Fujitsu Siemens en España para comercializar toda su línea de producto profesional, desde los sobremesas Scenic y portátiles Lifebook a los servidores Primergy provistos de procesadores Intel, pasando por todos los accesorios y sistemas para hacer posible la movilidad a las empresas, incluido el ordenador de bolsillo Pocket Loox. El objetivo de negocio que se han fijado ambas partes para el primer año de andadura en nuestro país -existen versiones similares de este contrato en varios países europeos, entre ellos Alemania y Francia- es de 12 millones de euros. Mauricio Lapastora, consejero delegado de Fujitsu Siemens en España, reconoció la dificultad de poner a trabajar a todo un nuevo canal en la venta de sus soluciones, aunque confió poder disponer de entre 500 a 1.000 nuevos resellers a corto plazo que se centrarán principalmente en las pequeñas y medianas empresas del país. De esta manera, Fujitsu Siemens cierra por el momento una estrategia que dio comienzo tres años atrás y que ha consistido a abrir el negocio de las antiguas Siemens y Fujitsu al canal mayorista de volumen. La lista de compañías con las que trabaja la firma que comanda Lapastora es extensa: Tech Data, Memory Set, Aryan, Investrónica, Diode y UMD, que ha sido la última compañía en formalizar su contrato y que está muy centrada en la distribución a retail. Mauricio Lapastora cree que Ingram, con el que estuvieron en conversaciones durante un año, apuntala la cobertura geográfica de una red que, por el momento, no sufrirá cambios, aunque el directivo alguna vez haya expresado su insatisfacción con Investrónica.
Las credenciales que presentaba Dominique Meyer a principios de año, cuando se hacía cargo del negocio de Ingram Micro en España, eran las de su buen hacer en la filial del mayorista en Francia. Alain Maquet, uno de los vicepresidentes de Ingram en Europa y la persona que dirigió la reorganización de la compañía en España, decía en aquel momento que Meyer era la persona idónea para el cargo por su integridad, su capacidad para resolver problemas y por el respeto que se había ganado entre los fabricantes. En la presentación del acuerdo con Fujitsu Siemens, Meyer se esforzó, en un correcto aunque poco fluido castellano, en explicar que el nuevo contrato era «la única asignatura pendiente» de Ingram en el área de PC y servidores, que era una demanda que los clientes ya venían haciendo desde hace algún tiempo y que ha sido de mucha ayuda el negocio conjunto que ambas partes mantienen en el continente europeo. Aunque Meyer no quiso hablar de la coyuntura interna de su compañía, sí subrayó la preocupante tensión de precios en el área del hardware, sobre todo en los portátiles, una tendencia que además no tiene visos de remitir en los próximos trimestres.


