El acuerdo internacional contra la falsificación y la piratería (ACTA) ha sido rechazado en el Parlamento Europeo por mayoría. 478 votos en contra, 39 a favor y 165 abstenciones así lo dicen. Todos los grupos echaron para atrás la propuesta, a excepción del Partido Popular Europeo que pidió un aplazamiento de la votación hasta que el Tribunal de la UE aclarase si es compatible con las leyes comunitarias.
Los argumentos han sido que ACTA no soluciona el problema pues es ambiguo y abre la puerta a la pérdida de privacidad, libertad y libre circulación de información de los consumidores.
El viejo continente se desmarca así de Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur y Corea del Sur, que apoyaron esta iniciativa.
Para el sector industrial, del diseño y la creatividad, esta decisión es un error que dañará a la propiedad intelectual, el empleo y la economía en la región.



