Sólo un 10% de los cartuchos para impresora que se utilizan en el mundo se reciclan. Sin embargo, un cartucho de tinta o un tóner que se haya vuelto a rellenar es un 50% más barato que uno nuevo. Con esta paradoja intenta acabar la cadena de origen australiano Cartridge World, que cuenta en la actualidad con 11 tiendas franquiciadas en España y que este año quiere doblar la cobertura de esta red. Aunque se trata de un negocio que tiene que luchar con el desconocimiento del cliente de las ventajas del reciclaje, Jeff Hargreaves, director general de la oficina local de Cartridge World, asegura que su compañía propone un negocio atractivo, pues aunque requiere un canon de apertura de 17.500 euros y una inversión inicial media de 80.000 euros, da lugar a una facturación por establecimiento al año de unos 200.000 euros, con un margen neto del 30%, con lo que el retorno de la inversión llega al cabo del segundo o tercer ejercicio de actividad.
Cartridge facturó a escala local 1,2 millones en 2006 y espera llegar a los 2,2 millones en el presente año. No obstante, Hargreaves ambiciona, a medio plazo, consolidar una red de unos 100 establecimientos en todo el país. “En otros mercados, como el británico, operan hasta 15 franquicias de reciclaje de cartuchos, y yo creo que en España hay mercado para que entren tres o cuatro en los próximos años”, vaticinó el responsable, quien destaca que su firma tiene una imagen de marca más cuidada que competidores como Recycling System o Ecolíder. No en vano, Cartridge World reclama a cada socio un canon para gastos de marketing que equivale al 3% de la facturación mensual de la tienda.
Las tiendas de la cadena, que cuenta con 1.400 puntos de venta en todo el mundo, se suelen ubicar en zonas de “segunda línea”, es decir, barrios no excesivamente céntricos, pero con un alto tráfico de coches y peatones. Asimismo, la población mínima que se reserva a cada punto es de 50.000 habitantes.



