Juan Pedro Pérez, director de marketing de Oki quiso destacar las buenas cifras obtenidas por la compañía en el pasado ejercicio. Unos resultados que atribuye a su focalización en soluciones para empresa y profesionales y, sobre todo, en el buen hacer de su canal de distribución, «que apostó con nosotros por el negocio del color y que, por sus características, supone una ventaja competitiva». «Queremos ofrecer al mercado soluciones adaptadas a las necesidades de impresión de las empresas, aportando valor añadido y que les reporten beneficios empresariales tangibles», explicó Pérez. De hecho, en 2003, facturó 110 millones de euros en la Península Ibérica. Esta cifra supone un crecimiento del 25 por ciento respecto al año anterior y del 75 por ciento en sus beneficios.
En el campo del monocromo, ha mejorado dos nuevas series, por un lado, la B4000, con los modelos B4100, B4250 y B4350. La primera es una máquina monopuesto con 8 megas de RAM y una velocidad de 18 páginas por minuto. La segunda es para pequeños entornos de trabajo, con opción de red y 22 páginas por minuto. La última incluye también opción PostScript. Por su parte, la serie B6000 se amplía con los modelos 6200 y 6300, con unas velocidades de impresión de 24 ppm y 34 ppm, respectivamente.
En lo que se refiere al color, un negocio que ha aumentado el año pasado respecto a 2003 en un 292 por ciento, Oki creció un 550 por ciento. Según datos de Dataquest, la firma ostenta el 43 por ciento del mercado color. Para seguir con esta tendencia, ha desarrollado nuevos equipos en las series C3000 y C5000. La primera alcanza 20 páginas en monocromo y 12 en color, es monopuesto. La C5000 ha sido mejorada hasta llegar a 24 ppm en monocromo, 16 en color y hasta 50.000 páginas al mes.
El objetivo es, en definitiva, hacer crecer el mercado de color y, con él, aumentar sus cifras.
