Durante el periodo de tres meses finalizado el 30 de junio, Intel ha obtenido unos ingresos netos, excluyendo costes de adquisición, de 854 millones de dólares (unos 163.000 millones de pesetas) o lo que es lo mismo, de 12 centavos por acción (los analistas habían pronosticado 10 centavos por acción). Estos resultados significan un 76 por ciento menos en beneficios respecto al mismo periodo del año anterior.
En cuanto a las ventas, éstas alcanzaron los 6.300 millones de dólares, (1,2 billones de pesetas), un 22 por ciento por debajo de las del 2000, que se situaron en los 8.300 millones de dólares (1,6 billones de pesetas). La compañía ha afirmado que el negocio de microprocesadores funcionó mejor de lo esperado, aunque las ventas de chips de memoria y de comunicaciones fueron moderadas.
Asimismo, Intel espera que sus márgenes brutos en el tercer trimestre alcancen el 47 por ciento, atribuyendo la caída de la rentabilidad en el segundo trimestre a los costes y a los procesos de fabricación de su procesador Pentium 4.
A este respecto, Craig Barret, director general de Intel, señaló que tiene previsto impulsar agresivamente la venta de los procesadores Pentium 4 en todos los sectores a finales de año.
