opinión

Los agentes de IA y el nacimiento del “superdesarrollador”



Dirección copiada

Por Carlos Mattos, chief technology officer de GFT en México y en países de habla hispana

Publicado el 27 oct 2025



Carlos Mattos, chief technology officer de GFT en México y en países de habla hispana
Carlos Mattos, chief technology officer de GFT en México y en países de habla hispana

Hace unos días, mientras caminaba rumbo a mi café matutino, tuve una idea para mejorar un proyecto personal en el que estoy explorando las posibilidades de la inteligencia artificial (IA). Tomé mi celular, la escribí rápidamente y seguí con mi ritual del día. Para mi sorpresa, al volver a mi escritorio el agente de IA que había configurado ya había creado un pull request con la implementación completa. Había entendido mis notas, el contexto del proyecto y lo había transformado en una solución funcional. ¿Sentí miedo? Para nada. Sentí poder.

Ese episodio resume lo que está ocurriendo en el mundo del desarrollo de software: la IA no nos está reemplazando, nos está convirtiendo en superdesarrolladores.

De escribir código a comunicar intenciones

Durante años nos convencimos de que lo más valioso era dominar la sintaxis, frameworks y lenguajes de programación. Hoy la verdadera habilidad es otra: comunicar con claridad qué queremos construir y por qué. Sean Grove, de OpenAI, lo define así: “En el futuro cercano, la persona que comunica más efectivamente será el programador más valioso”. El código se está volviendo secundario; lo esencial es la arquitectura, la visión y la precisión de nuestras especificaciones.

La velocidad como superpoder

Andrew Ng, uno de los grandes referentes en IA, afirma que los agentes no nos hacen 50% más rápidos escribiendo código, sino 10 veces más veloces prototipando ideas. El código se ha vuelto barato y desechable; lo valioso es la dirección que le damos. Esto incluso está transformando la dinámica de los equipos: ya no se necesitan más programadores, sino más product managers capaces de decidir qué construir.

Lo que nos hace valiosos: mantenernos humanos

Ser “superdesarrollador” en este nuevo contexto no significa escribir más líneas de código, sino potenciar nuestras verdaderas fortalezas:
• Pensar críticamente sobre problemas complejos.
• Entender las necesidades del negocio.
• Comunicar de forma precisa con humanos y máquinas.
• Revisar y garantizar calidad en cada entrega.
En pocas palabras: evolucionar de codificadores a arquitectos de intención.

El futuro ya está aquí

La narrativa del miedo a la sustitución se equivoca. Lo que estamos viendo es una promoción: los desarrolladores dejamos de ser ejecutores de sintaxis para convertirnos en diseñadores de sistemas, estrategas de producto y comunicadores técnicos. El futuro no es humanos versus máquinas, sino humanos con máquinas, creando juntos a la velocidad del pensamiento.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Estamos listos para dejar de ser solo programadores y asumir el rol de directores de orquesta del código?

Artículos relacionados