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McKinsey: “La IA generativa va a compensar el problema del envejecimiento de la población”



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Carlos Fernández Naveira, partner de McKinsey experto en inteligencia artificial, analiza las implicaciones de la IA generativa para la productividad y la economía en general, aunque también advierte de sus riesgos

Publicado el 12 sept 2023

Juan Cabrera

Redactor Jefe de Channel Partner



Carlos Fernández Naveira, de McKinsey

Se ha hablado mucho de cómo, en un plano general, la IA generativa (la de ChatGPT) va a cambiar la economía y la sociedad, pero pocos se han atrevido realmente a calcular el impacto de esta innovación en las empresas y la economía, y concretamente en la productividad, parámetro fundamental.

Uno de los primeros en aterrizar este asunto con cifras concretas fue la consultora McKinsey, que en junio publicó un informe que pronosticaba que la IA generativa añadirá entre 2,6 y 4,4 billones de dólares a la economía mundial en concepto de ganancias por productividad. Es decir, entre dos y cuatro veces el PIB de España, aproximadamente. Y también predecía que la IA generativa aumentará la productividad de los empleados que recurran a ella entre un 0,1% y un 0,6% cada año, hasta 2043.

Son buenas noticias porque la productividad languidece en España, y servirá para compensar en el futuro la ralentización que supondrá el envejecimiento de la población. Para profundizar en estas cifras, hemos charlado con Carlos Fernández Naveira, partner en McKinsey y la persona en la consultora que lidera el área de analítica e IA generativa.

Este experto dice que, a nivel de disrupción, la IA está a la altura de lo que en su momento supuso el fuego, la máquina de vapor o, más recientemente, internet. Y que, en el futuro, los algoritmos de la IA, que ahora pertenecen a grandes corporaciones, se comoditizarán y estarán al alcance de muchos. Pero advierte de que las anteriores revoluciones no fueron tan aceleradas, y que por eso habrá que ir con cuidado en esta ola de innovación que llega. “Hay que gestionar innovación y riesgos, y en el balance está la clave”, proclama Fernández Naveira.  

Ustedes han sacado un completo informe valorando lo que aportará la IA a la economía y el aparato productivo mundial. ¿Cuáles son las principales conclusiones?

Hay tres conclusiones. La primera es que se espera un impacto muy grande de toda la innovación en torno a IA y la IA generativa. Nuestras estimaciones hablan de un impacto de 2,5 a 4,4 billones de dólares, que es el PIB del Reino Unido. Además, cuando hacemos estas estimaciones siempre nos solemos quedar cortos.

El impacto de la IA será mayor en los desarrolladores juniors que en los seniors. Nos movemos a entornos con menos perfiles, pero más completos y excelentes

Por otro lado, todas estas tecnologías están cambiando la forma en la que la gente trabaja. Y vemos un aumento de productividad en los próximos 20 años entre un 0,1% y un 0,6% cada ejercicio. Esto supondrá una capacidad de mejorar la productividad en un 50% o 60% en muchos de los esfuerzos de trabajo que tenemos al día de hoy. Todo esto está cambiando la naturaleza del trabajo que hacemos.   

El mundo, y sobre todo España, se enfrentaba hasta ahora a un problema crónico de escaso aumento de la productividad, o incluso de caída. ¿Era la IA el gran revulsivo que se esperaba en este ámbito?

La IA en general y la IA generativa en particular van a ayudar a potenciar este aumento de productividad de forma significativa. Aquí vemos que, en un mundo con problemas demográficos y con poblaciones cada vez más envejecidas, la IA en parte va a compensar este fenómeno. Los trabajadores van a hacer más cosas y vamos a necesitar menos trabajadores en general.

Llevamos 200 años mejorando los procesos más industriales, los que desarrollan los llamados blue collars (trabajadores manuales y obreros). Y ahora el cambio es que, con la IA generativa, también empiezan a cambiar los llamados trabajos white collar. Es decir, la labor de los consultores, abogados, médicos, maestros, diseñadores o programadores de software. A estos profesionales la IA generativa les da superpoderes para ser más eficientes y productivos.

¿Cómo afectará al empleo? ¿Es pesimista y se apunta a la tesis de que la IA supondrá un tsunami de despidos, o está con aquellos que dicen que esta tecnología básicamente hará más eficientes a los empleados actuales e incluso creará nuevas profesiones?

Yo soy muy positivo. De hecho, si miras los números de desempleo mundiales, estamos en el mejor momento histórico. La IA generativa da a los empleados capacidades para hacer muchas más cosas y de forma más rápida. Pero eso generará nuevas profesiones y nuevos esfuerzos que ahora no tenemos. Como el de los ingenieros que sepan interactuar con la propia inteligencia artificial y con sus algoritmos para tener las mejores respuestas. Muchas compañías están buscando estos perfiles.

Por un lado, la IA generativa permitirá hacer más cosas a los perfiles más tradicionales. Como resultado, y aplicado a la medicina, permitirá dedicar más médicos a tratar a los pacientes y no a otras labores. O una enseñanza más personalizada en el caso de los profesores. Y en los nuevos empleos, reforzará la dinámica de los últimos años, en que se han demandado muchos data scientists y desarrolladores de software, que seguirán siendo muy demandados.  

IA generativa y empleo

¿Veremos desaparecer profesiones en el medio plazo debido a la introducción de la IA?

Yo creo que todos estos algoritmos al final son facilitadores. Todos necesitamos el contacto humano. Las personas seguirán siendo importantes. Ahí está el ejemplo del médico o del profesor, que no van a desaparecer porque hay una componente humana. Y además tendrán muchas más capacidades.

¿Cuáles serán las grandes aplicaciones de la IA generativa en los próximos años en el ámbito profesional?

Vemos cuatro grandes campos. El primero es el de la operativa con clientes. Cuando interactuemos con una empresa, en parte lo haremos con un algoritmo. También habrá un gran avance en ventas. Toda la IA va a ayudar a que las empresas sean más eficientes y puedan vender más. Los que realmente adopten esta tecnología y sean capaces de generar impacto con ella serán los grandes ganadores. Y habrá perdedores que desaparecerán. Pero el neto total va a generar valor.

La IA generativa dará lugar a nuevas profesiones y nuevos esfuerzos que ahora no tenemos. Como el de los ingenieros que sepan interactuar con ella

Otro campo que tendrá mucho impacto es el del desarrollo de software. Esto ya es una realidad. Hay copilots y asistentes de software que mejorarán la productividad de los desarrolladores. Habrá desarrolladores de software cada vez más expertos, frente a otros que quedarán descolgados. Se van a necesitar menos perfiles, pero mejores. Y, por último, hay que hablar de desarrollo de producto e innovación. La IA generativa permite hacer simulaciones que incluso a los grandes diseñadores no se les han ocurrido.  

Nuestros lectores son empresas que revenden TI. A nivel de negocio, está clara la oportunidad que supone la IA. ¿Pero cómo se pueden aplicar estas compañías la IA para mejorar sus procesos internos y afinar en el desarrollo de productos propios, como los programas de software?

Como decía, todo el tema del desarrollo y la ingeniería de software va a mejorar significativamente. Nuestras estimaciones dicen que lo hará entre un 25% y un 40%. Pero los desarrolladores van a seguir siendo necesarios. El algoritmo va a generar código, pero necesitaremos desarrolladores que validen ese código y comprueben que la arquitectura es robusta.

La IA cambiará la cadena de valor en la parte más sencilla de automatizar, que es el desarrollo de código. Pero las tareas de ver cómo este código funciona y se vincula con los sistemas de los clientes seguirán siendo necesarias, al menos en el corto plazo. Vemos que el impacto será mayor en los desarrolladores juniors que en los seniors. Nos movemos a entornos con menos perfiles, pero más completos y excelentes. 

La empresa española ante la IA generativa

¿Cómo ve a la empresa española frente a esta ola de innovación que está produciendo la IA? Lo pregunto porque en muchos parámetros de digitalización, sobre todo a nivel empresarial, España no suele estar entre los países punteros.

En este sentido también soy muy positivo. El talento que tenemos en España es muy bueno. Y no solo lo tenemos aquí, sino que lo exportamos. En este sentido, no tenemos nada que envidiar a otros países de Europa o incluso a Estados Unidos. Lo segundo: creo que hay muchas empresas en España, multinacionales y medianas, que son punteras en sus sectores. Y estas empresas están haciendo esfuerzos en analítica de software.

En líneas generales, España está bien posicionada para abrazar la inteligencia artificial

Y, por último, nuestra cultura mediterránea hace que seamos muy pragmáticos y capaces de amoldarnos a situaciones y cambios. Y, en la parte de innovación y nuevas tecnologías, hay que ser muy flexibles. En líneas generales, España está bien posicionada para abrazar la inteligencia artificial. Hay cosas que hacer para no quedarnos atrás, pero nuestro punto de partida es bueno.

Por último, se está hablando mucho de los aspectos controvertidos de la IA, como la inseguridad que puede suponer para la información personal y de las compañías, o los sesgos que introducen muchos algoritmos que hacen posible estos sistemas. De hecho, la UE prepara una legislación para ordenar este ámbito. Y Microsoft ya ha dicho que está bien el desarrollo de la IA, pero con freno de mano. Sin volverse locos. ¿Cuál es su valoración?

Nadie tiene la respuesta a esta cuestión. Como cualquier tecnología en sus primeros pasos, la IA tiene riesgos. Y es clave sopesar el riesgo-beneficio de una manera estructural. Hay un dicho que plantea que cuando una disrupción es muy buena, la gente tiende a pensar que es magia. Pasó con el tren de vapor. Uno ve los resultados de los algoritmos y llega a pensar que es magia. Por un lado, tenemos que ser lo suficientemente flexibles para dejar que esta magia cristalice y nos ayude a ser suficientemente productivos. Pero, por otro lado, tenemos riesgos para el empleo, con los sesgos de los algoritmos o en el ámbito de la ciberseguridad. Hay que gestionar innovación y riesgos, y en el balance está la clave.

Otros datos del informe de McKinsey

El informe de la consultora McKinsey, que lleva por título ‘The economic potential of generative AI: The next productivity frontier’, deja otros datos interesantes. La consultora calcula, por ejemplo, que, excluyendo a la IA generativa, los casos de uso de la inteligencia artificial y la analítica podrían aportar anualmente entre 11 y 17,7 billones de dólares de valor a la economía mundial. Las capacidades actuales de la IA generativa, junto con las de otras tecnologías, tienen el potencial de automatizar ciertas actividades laborales que hoy absorben entre el 60% y el 70% del tiempo de los empleados. Esto es más que las últimas previsiones de la propia McKinsey. Más predicciones: la mitad de las actividades laborales actuales podrían automatizarse entre 2030 y 2060. Según el informe, la IA generativa ha acelerado el ritmo de transformación del lugar de trabajo. Se están reimaginando puestos de trabajo y transformando sectores en cuestión de meses, no de años. Según McKinsey, alrededor del 75% del potencial de valor total de la aplicación de la IA generativa se materializará en cuatro funciones empresariales: operaciones con clientes, marketing y ventas, ingeniería de software e I+D. En el caso de las operaciones con clientes, la IA generativa podrían aumentar la productividad entre el 30% y el 45%. El estudio también señala que los bancos podrían generar entre 200.000 y 340.000 millones de dólares adicionales con la IA generativa gracias al aumento de la productividad. Los beneficios para las entidades financieras incluyen una mayor satisfacción del cliente, la mejora de la toma de decisiones y la experiencia de los empleados. Además, se podría reducir el riesgo de fraude gracias a una mejor supervisión. El comercio minorista, por su parte, podría obtener un impulso de 310.000 millones de dólares. Y las industrias farmacéuticas y de productos médicos podrían desbloquear entre 61.000 y 110.000 millones de dólares anuales gracias al potencial de la IA generativa para acelerar el ciclo de 10 a 15 años que tarda un medicamento en llegar al mercado.

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