Esta solución no es un ultrabook. Comparte la ligereza y la potencia de los equipos que respetan lo estipulado por la última plataforma de Intel para ordenadores portátiles, pero su grosor es de casi 30 mm (prácticamente el doble que el de los ultrabooks que hemos analizado). Y su diseño, como puede apreciarse en la instantánea que ilustra este texto, es más convencional y menos estilizado que el de sus rivales. Aun así, es un ultraportátil de última hornada, por lo que hemos creído conveniente incluirlo en el informe para ilustrar con claridad las diferencias que existen entre los ultrabooks y los ultraportátiles actualmente.
La configuración de este equipo revela que ha sido diseñado para satisfacer las exigencias de los usuarios profesionales que necesitan una máquina robusta, dotada de una elevada portabilidad y avalada por un rendimiento considerable. Para alcanzar esta última premisa incorpora un microprocesador Intel Core i7 un poco más lento que el de la propuesta de Asus, pero, aun así, de elevada productividad. No obstante, destaca especialmente por sus 8 Gbytes de memoria principal y por su regrabadora de DVD. De hecho, ninguno de los ultrabooks que hemos probado hasta la fecha incorpora una unidad óptica debido, sobre todo, a que su peso y el grosor de su chasis se verían ligeramente incrementados.
En nuestro banco de pruebas ha arrojado unos índices de rendimiento elevados, lo que le ha permitido auparse a los primeros puestos de la comparativa. También ha alcanzado una autonomía real similar a la de la propuesta de Asus, lo que nuevamente habla alto y claro acerca de su elevado potencial.
Por todo lo que hemos explicado, este equipo tiene un atractivo indudable en aquellos escenarios de uso en los que su mayor grosor no es un problema y la presencia de la unidad óptica representa una ventaja.
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