El papel sigue campeando en las oficinas. La gran mayoría de los procesos de facturación a clientes de las empresas sigue caracterizándose por el envío de sus facturas en papel, impresas y por correo postal, incluso cuando esas mismas empresas perciben los potenciales beneficios financieros y de servicio al cliente que proporcionan las alternativas electrónicas. Esto se deduce del estudio 2011 AR Automation, realizado en Estados Unidos por el Instituto Financiero de Operaciones y patrocinado por Esker. Dicho estudio está basado en una encuesta a profesionales del área de contabilidad, a los que se les preguntó sobre sus métodos de facturación, tanto actuales como en previstos para el futuro, así como sobre sus costes y desafíos.
“Hasta ahora, la mayoría de la investigación en relación con la e-factura se ha llevado a cabo desde el lado de los procesos de pagos a proveedores, de manera que este estudio establece un punto de partida crítico”, ha señalado Thomas M. Bohn, presidente y CEO del Instituto. “Resulta interesante el hecho de que el obstáculo citado más frecuentemente para incorporarse a las iniciativas electrónicas es la carencia de clientes que adopten la e-factura. El estudio pretende ofrecer una aproximación clave para conseguir que los procesos de pago a proveedores y de facturación a clientes se equiparen en cuanto a su uso y reporten beneficios mutuos”.
Otros obstáculos identificados en el estudio son la dificultad de integrar las soluciones de envío de facturas con los actuales sistemas, así como la falta de apoyo interno para el cambio. “Entender esos desafíos es el primer paso para que las compañías puedan resolverlos”, ha manifestado Steve Smith, director de Operaciones de Esker para Estados Unidos, quien añade que “el estudio muestra un abrumador número de compañías –más del 80%- que no tienen planes ni de externalizar la impresión y la distribución de sus facturas ni de adoptar el formato electrónico. Esto significa que esas compañías necesitarán de forma imprescindible soluciones viables si pretenden ser más eficientes”.
En España, un estudio de Billentis estima en el 12% el uso de la facturación electrónica en las empresas. En Europa, de los 30.000 millones de facturas que se generaron en 2010, más de 2.200 fueron electrónicas, con 56 millones de usuarios que hicieron uso de ellas. El mismo estudio estimaba un crecimiento del 37% en términos de facturas electrónicas emitidas en Europa durante el año pasado.