Pese a haberse hecho ya un hueco en las tiendas y en publicaciones más o menos especializadas, las cámaras fotográficas digitales son todavía una tecnología joven y poco conocida entre el gran público. Los usuarios parecen tener clara la oferta de los distintos fabricantes, sus prestaciones y los rasgos que teóricamente distinguen unos modelos de otros. Pero a la hora de adquirir un dispositivo en concreto nadan en un mar de dudas tratando de decidir cuál es el que mejor se ajusta a sus necesidades en la práctica. Y es que las cámaras digitales ostentan aún precios que obligan a reflexionar antes de lanzarse a comprar a la ligera.
La resolución de una cámara fotográfica digital viene determinada por el CCD del dispositivo, que constituye una especie de retícula interna de pixels que se encarga de capturar la imagen y transmitirla en forma de información al PC. Cuantos más pixels conforman dicha retícula, mayor será la resolución de la cámara y mejor la calidad de las imágenes, ya que el ordenador recibirá más información para troquelarlas. Los dispositivos que actualmente se encuentran en el mercado presentan índices de resolución que oscilan entre los 640 x 480 y los 2.048 x 1.536, lo que supone valores de más de 300.000 y de hasta 3.400.000 puntos de resolución CCD, respectivamente.
En este sentido, los fotógrafos aficionados podrán conformarse con tasas entre los 1,5 y 2 millones de pixels CCD. Por el contrario, quienes vayan a hacer un uso algo más profesional de la cámara precisarán modelos capaces de rozar los 3.000.000, lo que permitirá retocar las imágenes o imprimirlas en formatos grandes (A4 o similares) con buenos resultados. Frente a esta importancia de la resolución, la óptica no adquiere en la fotografía digital un papel de relieve hasta niveles más elevados de la gama profesional, en los cuales se encuentran modelos con precios en torno al millón de pesetas.
Conviene recordar, por otro lado, la diferencia que existe entre la resolución CCD y la de la pantalla LCD. Mientras que la primera es clave para decidirse por un dispositivo en particular, la segunda puede presentar índices ínfimos sin afectar en absoluto a la calidad de las fotografías que realiza.
Un segundo elemento que marca la diferencia entre modelos más y menos avanzados es el que se refiere a la posibilidad de controlar las funciones de la máquina de manera manual. Se trata de poder modificar a voluntad parámetros como la abertura de foco, la intensidad del flash o el tiempo de exposición, bien a través del menú bien mediante botones externos.
Por su parte, el problema del almacenamiento en las cámaras digitales se soluciona por medio de tarjetas. El tipo más extendido es Compact Flash, si bien Fujifilm prefiere la tecnología Smart Media y Sony incorpora en todos los modelos su célebre Memory Stick. El factor que determina en esta ocasión la diferencia entre los dispositivos es la cantidad de memoria incluida en la tarjeta, 8 Mbytes en los modelos domésticos frente a los 16 o incluso 32 Mbytes con que suelen contar las máquinas más profesionales. Aparte de esta capacidad, introducida por defecto, resulta muy aconsejable disponer de tarjetas complementarias de mayor capacidad.
Un aspecto que lamentablemente sigue evidenciando diferencias entre unas cámaras y otras es el referido al mecanismo de alimentación. Y es que el grueso de los fabricantes se vale de pilas convencionales, por lo general del tipo AA, lo que constituye un completo desatino en el caso de unas máquinas que presentan pantallas LCD, necesitadas de enormes cantidades de energía para alimentar su fuente de luz. Por ello, sería deseable que en un futuro todos los modelos se acompañaran de baterías recargables, cosa que hoy por hoy sólo se encuentra en las cámaras de gama alta.
Una vez hecha la selección, quedará comprobar el funcionamiento de cada cámara en la práctica. Para ello, es conveniente escoger un escenario como el elegido para realizar la siguiente comparativa, que conjugue diferentes grados de luces y sombras y tonalidades de color así como múltiples planos, de manera que se pueda apreciar el nivel de detalle conseguido por cada dispositivo.